Kai Tak fue un aeropuerto internacional ubicado en Kowloon, Hong Kong, cuyas sorprendentes imágenes muestran a los aviones descendiendo sobre los edificios.
Las pantallas de los televisores soviéticos de mediados del siglo XX eran muy diminutas. Inconveniente que fue solucionado de una manera muy particular al emplear lentes de aumento.
A finales del siglo XIX el magnate Edward Watkin intentó construir una "torre Eiffel londinense" con el fin de "recuperar el orgullo británico" tras la construcción de la torre Eiffel.
El enorme buey de Durham impresionó a la aristocracia victoriana a tal punto que todos los nobles comenzaron a encargar pinturas de animales con su anatomía exagerada con el fin de ostentar su ganado.
La Olimpiada de 1940 es el mejor ejemplo de lo rápido que puede cambiar el mundo en unos pocos años. La misma fue suspendida no una sino dos veces y finalmente anulada de manera permanente debido a las varias guerras que castigaron a sus países anfitriones.
En el siglo XVI Simón Stevin, un polifacético científico real, diseñó varios modelos de veleros que podían desplazarse por tierra con el fin de entretener a los huéspedes de Mauricio I de Nassau.
En Shumkovo la Unión Soviética depositó cientos de trenes dados de baja para ser utilizados en caso de una emergencia, tras el colapso de la misma, los trenes quedaron oxidándose en el olvido.
Los yokai son monstruos de la mitología japonesa. Algunos son benévolos, otros malvados y otros bromistas. No obstante, el más raro de todos es un pie gigante que demanda ser lavado.
La mudanza de Abu Simbel fue un esfuerzo monumental de cooperación internacional que tuvo lugar en plena Guerra Fría para mover un complejo de templos egipcios y así evitar su inminente destrucción.