Tras sobrevivir a la Segunda guerra y encontrarse con un Japón arrasado, el arquitecto Kenzō Tange ideó el metabolismo: un movimiento arquitectónico y urbanístico basado en el crecimiento de los organismos.
Durante los tiempos de la Unión Soviética se construyeron algunos de los edificios más llamativos del mundo: los rascacielos horizontales.
El cartógrafo Sasha Trubetskoy creó un mapa de tránsito de la red de caminos de los romanos, gracias al cual podemos observar su asombrosa complejidad.
Kai Tak fue un aeropuerto internacional ubicado en Kowloon, Hong Kong, cuyas sorprendentes imágenes muestran a los aviones descendiendo sobre los edificios.
A finales del siglo XIX el magnate Edward Watkin intentó construir una "torre Eiffel londinense" con el fin de "recuperar el orgullo británico" tras la construcción de la torre Eiffel.
En Shumkovo la Unión Soviética depositó cientos de trenes dados de baja para ser utilizados en caso de una emergencia, tras el colapso de la misma, los trenes quedaron oxidándose en el olvido.
A lo largo del mundo se están construyendo soles artificiales. Desde proyectos artísticos hasta proyectos de alumbrado económico.
La mudanza de Abu Simbel fue un esfuerzo monumental de cooperación internacional que tuvo lugar en plena Guerra Fría para mover un complejo de templos egipcios y así evitar su inminente destrucción.
El maquinista de La General, película protagonizada y dirigida por Buster Keaton, tuvo la que es considerada como la escena más costosa del cine mudo.
Tras una frustrada invasión francesa a Gran Bretaña en 1759, los británicos humillaron a Francia inventando la existencia de "castillos flotantes":