Los monstruos japoneses
Todas las culturas del mundo poseen mitos y leyendas sobre monstruos perdidos en la oscuridad, al acecho y listos para realizar todo tipo de maldades sobre el primer incauto que puedan atrapar. El filósofo y escritor francés Dominique Lestel en su tratado sobre la presencia de los monstruos en las culturas y la historia de la humanidad define a la monstruosidad como una característica innata de los seres humanos. Esta observación no es desacertada, incluso en las culturas modernas, con todos nuestros conocimientos científicos y recursos tecnológicos, las leyendas urbanas sobre monstruos siguen abundando y propagándose constantemente.
No obstante, son los monstruos japoneses los que a mi personalmente más me interesan, ya que un gran número de los estos, y a diferencia de la absoluta gran mayoría de los monstruos en otras culturas, no tienen como objetivo el lastimar, engañar o asustar a los seres humanos. Estos son, simplemente, seres que habitan nuestro mundo, con sus propias vidas y rutinas, pero a la vez debido a su naturaleza relativamente grotesca o particular nos resultan aterradores a pesar de sus buenas (o simplemente neutrales) intenciones.
Hoy hablaremos de mi monstruo preferido, el Ashiarai Yashiki y otros monstruos particulares del folclore japonés.
El Yashiki, un pie gigante, sucio y sin manos que quiere estar limpio
El Yashiki es un monstruo Yokai del subtipo Ashiarai que, a pesar de no querer lastimar a nadie, es extremadamente aterrador. El mismo es un pie gigante, el cual se encuentra muy sucio, a veces con tierra y lodo y otras veces con sangre o excremento animal.
Desafortunadamente este no posee manos, o cuerpo alguno, es simplemente un pie gigante, por lo que no puede limpiarse a si mismo. Razón por la cual atormenta a sus desprevenidas víctimas durante las noches para así obligar a estas a limpiarlo y dejarlo reluciente.
Este pie gigante generalmente se manifiesta primero a través de fuertes ruidos en el techo de los hogares. Los habitantes de un hogar, descansando en sus casas luego de un largo día, generalmente comienzan a oír fuertes ruidos y sentir temblores. Repentinamente, como salido de la nada, un gigantesco pie humano aparece desde el techo y desciende hasta casi tocar el piso.
Es en este momento, y tras presentarse a si mismo, cuando los habitantes son forzados verbalmente a darle un baño. El mismo pie, a pesar de no tener cuerpo ni boca, puede hablar y ordenar así a los moradores del hogar a darle una buena limpieza. Si las personas de la casa se niegan a darle un baño o hacen un mal trabajo, este se vengará rompiendo el techo de la misma.
Yashiki tiene un preferencia curiosa, prefiere las mansiones y las casas opulentas, y muchas veces puede aparecer en reiteradas ocasiones en la misma casa si sintió que le dieron un excelente baño con anterioridad, por lo que los habitantes de la casa deben hacer un buen trabajo como para contentarlo pero al mismo tiempo no tan bueno como para que sienta que tiene que retornar seguido a la misma casa.
Los Yokai
Ashiarai Yashiki es uno de los denominados yokai, monstruos japoneses que pueden tomar forma tanto física como manifestarse así también a manera de espectros, fantasmas o incluso demonios. Existen tres clases, los ayakashi, los mononoke y los mamono y en total hay más de un centenar de distintos yokai.
Los yokai pueden ser entes completamente neutrales, bromistas, benevolentes, y, en algunos casos, malvados. Curiosamente también los hay humorísticos, como es el caso de los tanuki. Los tanuki son yokai basados en animales reales del mismo nombre. No obstante, los tanuki versión yokai tienen escrotos que se pueden estirar infinitamente. Con los mismos hacen entonces todo tipo de artefactos, como por ejemplo un bote. El poder estirar un escroto infinitamente y construir objetos con este es quizás el súper poder más raro alguna vez imaginado.
Nurikabe, el monstruo que de las malas direcciones
El yokai nurikabe es un espíritu que se manifiesta como una gran pared, muchas veces con un aspecto un tanto biológico. El mismo por lo general se manifiesta frente a transeúntes o viajeros que no están seguros del camino a tomar o si están perdidos pero que, por casualidad, están caminando en la dirección correcta.
Al manifestarse frente a estos, nurikabe bloquea la dirección correcta, y, solo para divertirse, recomienda a dichos viajeros a tomar un camino errado el cual no los llevará a donde desean llegar. Este es uno de los tantos yokai bromistas, cuyo único fin es el de divertirse haciendo todo tipo de maldades pero sin lastimar a las personas.
El nurikabe no solo aparece en calles o pasillos estrechos, muchas veces aparecerá en áreas abiertas y aun así será imposible rodear al mismo ya que comenzará a extenderse infinitamente si uno intenta evadirlo por uno de sus lados.
Sin embargo, como hecha la ley hecha la trampa, hay una manera de vencer al nurikabe: darle una fuerte patada en su punto débil, el cual es la sección más baja de la pared que forma.
Gashadokuro, los esqueletos gigantes
Los gashadokuro son más similares a los monstruos tradicionales. Es decir, los mismos tienen cierto nivel de maldad y su objetivo cultural es el de impartir cierta moraleja o lección. En este caso, no dejar cuerpos sin incinerar tras una tragedia.
Estos yokai son esqueletos gigantes, 15 o 20 veces más grandes que un ser humano normal, formados a partir de los huesos combinados de personas que murieron a causa del hambre o la guerra y no fueron incineradas. Los gashadokuro rondan por el mundo, generalmente después de la medianoche, buscando capturar viajeros o gente desprevenida y beber su sangre tras arrancarles la cabeza.
Según la leyenda, si se está en una zona despoblada por la noche y se comienza a sentir un zumbido en el oído, esto significa que un gashadokuro está cerca.
Donotsura, el monstruo sin sentido
Donotsura es otro de mis favoritos, ya que es un monstruo sin sentido. No es bueno, no es malo, no juega bromas, su existencia no tiene sentido alguno. El mismo es el cuerpo de un hombre de mediana edad, no obstante su torso tiene los rasgos de una cara. En ocasiones es representado con brazos los cuales nacen de lo que serían sus sienes, pero su representación común es sin brazos y con un torso bien definido.
Su nombre, Donotsura, es un juego de palabras relacionado a la frase «bajar la cara» la cual se utiliza en relación a alguien que: aparenta estar despreocupado cuando no debería estarlo. En el caso del Donotsura, su cara bajó tanto que terminó en su torso.
En otras palabras, un monstruo sin sentido alguno más que el de recordarnos a las personas que aparentemente no sienten vergüenza o pudor por nada y vagan por el mundo sin ningún tipo de remordimiento o ponderación alguna de sus acciones. Por lo tanto podemos entenderlo tanto como un monstruo, debido a su grotesca y singular apariencia, pero a la vez como una crítica social. Ciertamente, y a pesar de no tener sentido alguno, es uno de los seres más interesantes y particulares entre los yokai.
Donotsura es otra de las subclases de yokai, los cuales son simplemente representaciones gráficas de juegos de palabras, refranes y frases populares. Estos generalmente no tienen una historia a su alrededor como la mayoría de los otros yokai, y se basan simplemente en una ilustración, un nombre y a veces una breve descripción.
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