
TECOREP, como los japoneses demuelen edificios sin hacer ruido
Debido a las regulaciones ambientales de la ciudad de Tokio, la demolición de edificios se realiza sin explosiones ni polvo utilizando el método TECOREP.
Debido a las regulaciones ambientales de la ciudad de Tokio, la demolición de edificios se realiza sin explosiones ni polvo utilizando el método TECOREP.
Sagami es un festival tradicional japonés para el cual gigantescas cometas de más de una tonelada son construidas por todo el pueblo y luego remontadas.
Pierre-François Bouchard fue el hombre que utilizó la Piedra Rosetta para lograr conseguir la traducción de los jeroglíficos egipcios.
El automóvil más viejo en funcionamiento es un llamativo De Dion-Bouton et Trepardoux de 1884 alimentado nada más y nada menos que a carbón.
Los moriori fueron una tribu que creía en la paz total y el entendimiento, negándose a luchar. Desafortunadamente los maoríes destruyeron su tribu tras una sangrienta invasión.
La migración de las palomas pasajeras era el espectáculo más bello de los cielos de América del Norte. La codicia humana llevó a la especie a su extinción.
Con la técnica de tilt-shift se pueden alterar distintas pinturas y obras de arte para así darles nueva vida, resaltando la tridimensionalidad de la obra.
Los cañones granífugos fueron inventados a finales del siglo XIX por un vinicultor austriaco llamado Albert Singer con el fin de crear un arma anti-granizo.
Los biciclos eran esas bicicletas con una rueda enorme adelante y una pequeña rueda atrás. Accidentarse en las mismas era extremadamente común y peligroso.
En el siglo XIX el inventor Gustav Zander creó estrambóticas máquinas de gimnasio que sentaron el precedente para los gimnasios mecanizados modernos.
Antes del teléfono los mensajes viajaban a la velocidad del caballo o del barco. No obstante, varias culturas intentaron enviar mensajes rápidos con la tecnología que tenían a mano.
En el siglo XIX un profesor llamado George Merryweather creó uno de los más interesantes "pronosticadores de tempestades".
Utilizando una imprenta Lynotype del siglo XIX restaurada, John Carrera logró reimprimir de manera fiel a su edición original el Pictorial Webster,