La medicina antigua
Las promesas de perder peso y ganar unos maravillosos músculos abdominales sin mover un dedo no son nada nuevo. No obstante, y si bien a diferencia de los timos que hoy día pueden verse en TV, existió a finales del siglo XIX en Suecia un médico, ortopedista e ingeniero llamado Gustav Zander quien se obsesionó, de manera honesta, con poner a la tecnología al servicio de la humanidad y crear las que fueron las predecesoras de las máquinas de gimnasio actuales.
Es importante destacar que las intenciones del Dr. Zander eran nobles, ya que esta época estaba plagada de charlatanes que prometían soluciones tecnológicas a todo tipo de problemas. Un ejemplo de lo anterior es la denominada chichonología o lectura de chichones.
Las máquinas de gimnasio del Dr. Zander
Es así que el Dr. Gustav Zander comenzó una frenética búsqueda intelectual para desarrollar su mecanoterápia, lejos de la mecanoterápia moderna, la mecanoterápia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX contenía en si misma todo el caudal de optimismo tecnológico que caracterizó la época.
Ciertamente, muchos creían que prontamente la tecnología solucionaría todos los problemas de la humanidad. Creencia que llegó a su ápice en la década del 60 con el denominado movimiento retrofuturista, para luego, y gradualmente, mutar en la ciencia ficción moderna plagada con futuros sombríos y post-apocalípticos. Las asombrosas máquinas de gimnasio del Dr. Zander, no obstante, poseían todo el optimismo de la ciencia y la ingeniería del siglo XIX.
Diseñadas para ofrecer una estimulación mecano-motriz localizada, estas extrañas y llamativas máquinas se dividían en máquinas de rehabilitación y máquinas de mejora corporal. Dichos mecanismos utilizaban todo tipo de contrapesos, elásticos hechos a partir de tiras metálicas bajo tensión y, casi universal en todas sus máquinas, piñones y ruedas de engranaje de todo tipo (es decir, estas máquinas eran extremadamente ruidosas).
Las visualmente complejas máquinas de Zander, efectivas o no, se volvieron un éxito comercial tras que éste las presente en la Exposición Centenal de Filadelfia bajo el concepto del Instituto del Cuerpo, lo más cercano visto en el siglo XIX a un gimnasio moderno, en el cual las máquinas predominan por sobre los clásicos ejercicios calistécnicos que reinaban en los gimnasios desde la Antigua Grecia. Ganándo así la medalla de oro ofrecida por los encargados del a exposición.
Las exposiciones de antaño: era muy común durante los últimos tres siglos que las distintas feries internacionales, mundiales y, como muchas lo aseguraban, universales introdujeran todo tipo de novedades en la sociedad. Por ejemplo, la Torre Eiffel fue construida para la Exposición Universal de París de 1889 con el fin de demostrar «la nueva ingeniería». Así mismo, algunas exposiciones internacionales causaron algunos de los eventos más extraños en la historia, como por ejemplo la invasión de la planta kudzu en los Estados Unidos, traída a dicho país durante la Exposición del Centenario de Filadelfia de 1876.
Para 1906 las máquinas de Zander podían ser vistas en más de 140 países, gradualmente dejando de lado su estrambótica estructura que prometía hacer todo por uno y evolucionando en las máquinas de ejercicios modernas que buscan estimular la musculatura a través de ejercicios localizados de alta intensidad.
Como podemos observar las máquinas para ejercitar las piernas eran de mucha importancia para el Dr. Zander, razón por la cual fabricó varios modelos distintos.
Además de las máquinas diseñadas y fabricadas para estimular los distintos grupos musculares, Zander también diseño y fabricó un sin fin de máquinas para la fisioterapia y la corrección de la postura.
Actividades deportivas sin máquinas
Si bien las máquinas de gimnasio se han vuelto en algo omnipresente en las actividades deportivas cotidianas de gran parte de la población, la actividad gimnástica sin máquinas continua siendo una opción preferida por muchos. Esta actividad, que se denomina calistenia, ve su máxima expresión en el parkour, la gimnasia extrema urbana. El parkour, también llamado por su nombre en inglés de free running, es una actividad deportiva calistenia y acrobacia extrema que utiliza las construcción e infraestructura urbana para realizar todo tipo de saltos y abrocabacias.