El automóvil más viejo del mundo que aun funciona, impulsado a carbón

El automóvil más viejo en funcionamiento es un llamativo De Dion-Bouton et Trepardoux de 1884 alimentado nada más y nada menos que a carbón.

Automovilismo pionero

La historia del automóvil ya tiene más de un siglo y medio, y desde su creación hasta el primer accidente automovilistico en la Historia los automóviles producidos en serie durante la denominada Segunda revolución industrial, que cambiaron la faz de las sociedades y ciudades humanas, gracias a la utilización de edificios especializados la industria automotriz ha cambiado de manera increíble.

No obstante, todo tiene un principio, y a continuación hablaremos de esto. El automóvil más antiguo que aun se conserva en funcionamiento. Una pieza del pasado que ya tiene prácticamente un siglo y medio de antigüedad. En efecto, el mismo es más antiguo que incluso muchos países de la actualidad, y todos los seres humanos que estaban vivos cuando fue fabricado ya han pasado a mejor vida.

El automóvil más viejo en funcionamiento

Construido en 1884 y propulsado a vapor, éste De Dion-Bouton et Trepardoux, mejor conocido con La Marquise ha roto todos los récords no sólo por ser uno de los automóviles más viejos del mundo, sino porque aun funciona como el primer día. Ciertamente, ya no los hacen como antes.

Como apreciamos en el video, encender el motor del mismo era todo un tabajo, un proceso que requería más de media hora hasta que la caldera almacenera suficiente vapor como para poner al vehículo en marcha. Puedes ver el video del mismo en funcionamiento a continuación.

Mientras La Maqruise recorría las calles de París atrapando todas las miradas, en Alemania un ingeniero llamado Karl Benz se encontraba arduamente trabajando en algo revolucionario, un motor a combustión interna lo suficientemente pequeño como para funcionar en un vehículo de dimensiones similares a las de un carruaje.

Benz ya había patentado un motor en 1878, pero la versión de 1885 era algo completamente distinto y verdaderamente revolucionaria. Un año más tarde, en 1886, construiría en Mannheim la primera versión de su mítico Motorwagen.

Podemos ver en la longevidad de este relativamente pero perenne automóvil un testamento al legado ingenieríl de sus constructores, quienes, a pesar de ya no estar en este mundo, continúan vivos a través de su creación. Algo similar observamos en el ordenador más antiguo que aun funciona, todo un testamento a la ingeniería y la calidad de antaño.

Los automóviles de cuatro, dos y tres ruedas no han sido los únicos tipos de vehículos motorizados a lo largo de la historia. A mediados del siglo XX un grupo de arriesgados emprendedores construyeron vehículos todo terreno los cuales eran básicamente gigantescas ruedas.