Tanques de guerra experimentales
En el pasado hemos hablado sobre los impresionantes tanques gigantes de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, colosales de acero con los cuales los alemanes querían dominar el mundo, así como las armas secretas de los alemanes. No obstante, los soviéticos no se quedaban relegados con sus diseños experimentales, llegando a diseñar un tanque de guerra capaz de volar.
Antonov A-40, el tanque volador
Durante la Segunda Guerra Mundial el comando motorizado ruso se se preguntaba cómo iban a hacer para cruzar las fortificaciones alemanas y así poder flanquearlos con tanques sin perder muchos hombres y maquinarias en el proceso.
Una de las sugerencias sería tan extraña como llamativa: un tanque volador. Su diseño comenzó a finales de 1941 y fue concretado en 1942 dotando a un tanque T-60 con el fuselaje de un avión Antonov. A finales de 1942 se realizó el primer vuelo, del cual contamos con una fotografía.
El vehículo fue llamado por las autoridades soviéticas bajo la denominación de Antonov A-40 Krylya Tanka, como vemos en su nombre lo que primoreaba era el nombre del avión, es decir, los líderes soviéticos y sus ingenieros veían a este vehículo más como un avión que como un tanque de guerra.
Para despegar el aparato debía ser ayudado por un TB-3 y, tras batallar un poco con los controles, lograba estabilizarse. Si bien resultó funcionar bajo parámetros aceptables, su costo y disponibilidad hicieron que rápidamente se cancele el proyecto. Decidiendo perder muchos hombres y maquinarias.
Infortunadamente debido al secreto que rondaba a este excéntrico vehículos de guerra experimental se cuenta con solo una fotografía de este particular vehículo en vuelo, es resto queda a la imaginación de los artistas. No obstante, la única fotografía que se conserva es ciertamente impresionante. En ella vemos al Antonov A-40 en pleno vuelo.
El gigantesco tanque triciclo
Digno de aparecer en una película al mejor estilo Wild Wild West el Tanque del Tsar o Netopyr, fue un vehículo de combate que durante los años de 1914 y 1915 del siglo XX formó, a nivel prototipo, parte de las fuerzas motorizadas rusas.
Nota: los rusos llamaban a todo lo que intentaba ser lo más grande de algo como tsar. Por ejemplo la tsar bomba fue la bomba nuclear más grande de la historia.
Llamativo no sólo por su tamaño y la época en la que fue construido -recordemos que el tanque más avanzado de esa época era un rectángulo con agujeros para disparar- sino porque también asemejaba la forma de una carreta gigante. Esto, en efecto, era a causa de su diseño de triciclo, el cual gracias a sus ruedas de un diámetro de 9 metros, permitía ubicar una cabina en lo alto capaz de disparar al enemigo y, en teoría, cruzar trincheras sin ningún problema.
La tecnología de la época probó ser de poca ayuda, y el tanque traía más problemas que soluciones. Especialmente con sus enormes ruedas que solían trabarse y perdían tracción en territorio blando. No es de extrañar que el proyecto fuese cancelado rápidamente.
Vemos que desde que Leonardo Da Vinci inventó el primer tanque de guerra en la Historia, los tanques de guerra han avanzado de manera increíble, al punto de ser capaces de resistir a una explosión nuclear, como es el asombroso caso del denominado «tanque nuclear», el cual continuó funcionando luego de que una bomba nuclear de 9,1kt durante la Operación Tótem 1 explote en su cercanía.