Tyrrell Racing, la escudería de Fórmula 1 más creativa a la hora de romper las reglas

Tyrrell Racing, la escudería de Fórmula 1 con coches de seis ruegas y tanques con perdigones de plomo para engañar a los pesajes.

Tyrrell Racing

Tyrrell Racing fue una escudería de Fórmula 1 infame por su «ingeniería creativa» con el fin de llevar las reglas de la FISA (ahora llamada FIA) al extremo. Activa entre los años de 1970 y 1998 esta escudería británica fundada por Ken Tyrrell se inició unos años antes en la categoría de Fórmula 3 y la Fórmula Junior para luego, tras una alianza con el departamento de alta competición de Ford, saltar a la Fórmula 1.

Tras su alianza con Ford, Tyrrell crea su propio equipo de Fórmula 1 y alcanza el éxito en 1971 al ganar el campeonato de pilotos con Jackie Stewart y François Cevert y el campeonato de constructores con el modelo Tyrrell 001. Al año siguiente sus pilotos quedan en primer y segundo lugar volviendo a alcanzar la gloria y convirtiendo a la escudería en una estrella en ascenso meteórico de la Fórmula 1.

No obstante, dicho ascenso meteórico se vio bruscamente detenido con la muerte de Cevert durante la carrera de práctica del Gran Premio de los Estados Unidos el 6 de octubre de 1973 y el retiro repentino de Stewart ese mismo año. Tras estos incidentes la escudería comenzó a competir por un lugar en la media tabla durante gran parte del resto de la década.

No obstante, la escudaría buscaría construir diseños radicales y «soluciones alternativas» para volver a la cima.

El vehículo de seis ruedas

Tyrrell Racing vuelve a saltar a la fama con un diseño fuera de lo común en 1976 gracias a un coche de seis ruedas denominado como el modelo P34. Este monoplaza contaba con cuatro ruedas pequeñas (de 10 pulgadas) en su parte delantera que aminoraban el perfil frontal del vehículo haciéndolo más aerodinámico, mientras que al mismo tiempo no reducían el área de la superficie de contacto con el piso de las ruedas delanteras (algo que es fundamental para mantener la adherencia a la calzada).

Vista en corte de un Tyrrell P34, el vehículo de Fórmula 1 con seis ruedas.
Vista en corte de un Tyrrell P34, el vehículo de Fórmula 1 con seis ruedas.

Si bien Tyrrell logra ganar el Gran premio de Suecia de 1976 y el diseño era prometedor, las ruedas pequeñas eran prohibitivamente costosas, ya que las mismas debían ser construidas de manera casi artesanal específicamente para el P34. Algo que tristemente llevó a que el nuevo modelo sea económicamente inviable.

Tyrrell P34, el coche de Fórmula 1 con seis ruedas en el circuito de Imola.
Tyrrell P34, el coche de Fórmula 1 con seis ruedas en el circuito de Imola.

Los perdigones de plomo

Los años siguientes no fueron mejores para esta escudería. Ya hacia el año 1982 los motores turboalimentados comenzaban a hacer furor en las escuderías más dominantes (y solventes) de la Fórmula 1, y los equipos que continuaban utilizando motores con aspiración natural, como era el caso de Tyrrell, veían con cada carrera como sus coches estaban quedando obsoletos con un déficit promedio de 180 bhp.

La respuesta de muchos de estos equipos fue, con el fin de mantener un cierto nivel de competitividad, intentar hacer sus coches menos pesados. Por ejemplo el modelo FW08 1982 de Williams tenía un sistema de «refrigeración líquida de frenos» que en realidad era un tanque de 60 litros de agua cuyo contenido se iba perdiendo a lo largo de la carrera, disminuyendo así el peso del vehículo durante las últimas vueltas por debajo del peso límite establecido.

Si bien diseñar un monoplaza que perdía peso a lo largo de la carrera hasta quedar por debajo del límite era técnicamente ilegal, los equipos que fabricaban estos diseños se abusaban de una regla que permitía al personal de mantenimiento de cada escudería recargar líquidos refrigerantes después de la bandera a cuadros y antes de pasar por la revisión de final de carrera de la FISA (actual FIA). Este diseño no era un secreto, y prontamente comenzó a causar un revuelo entre los equipos con motores turboalimentados, lo que llevó a la FISA a penalizar los tanques de «refrigeración líquida» al punto de descalificar a los pilotos de Brabham y Williams que habían salido victoriosos en el Premio de Brasil.

Con el fin de evitar el abuso anterior la FISA actualiza el reglamento, ordenando que los coches debían ser pesados después de la carrera y en exactamente las mismas condiciones en las que habían terminado la competición. Regla que sirvió para eliminar los sistemas de «enfriamiento líquido» formalmente.

Dos años más tarde la mayoría de los equipos tenían motores turboalimentados, y los pocos equipos que quedaban con motores con aspiración por aire estaban al borde de la ruina. Ante la desesperación Tyrrell Racing decidió romper las reglas. Rotura del reglamento que consistía en utilizar un sistema de inyección de agua sobre las trompetas de admisión mediante rocío (algo que estaba permitido) y a su vez diseñar un monoplaza que estaba muy por debajo del peso límite permitido, el modelo Tyrrell 012 (peso faltante que, al final de la carrera, sería introducido en secreto utilizando perdigones de plomo por el personal de boxes).

Fotografía de un automóvil de Fórmula 1 Tyrrell 012.
Tyrrell 012, modelo de 1984 de la Tyrrell Racing cuyo peso estaba muy por debajo del límite permitido. Un sistema de alta presión permitía inyectar agua con perdigones de plomo para engañar a los pesajes.

Debido a que el pesaje se hacía al final de la carrera y ya no se permitía recargar líquidos antes de la revisión, parte del engaño consistía en ir a boxes durante las vueltas finales y llenar la reserva de agua del inyector con una mezcla de perdigones de plomo y agua a muy alta presión. La escudería compitió durante todo el campeonato de 1984 utilizando este sistema, hasta que en el premio de Estados Unidos, el cual se celebró en Detroit, un error humano llevó a que el sistema inyector de alta presión en boxes expulse hacia los boxes vecinos agua a alta presión y perdigones de plomo, causando así un gran revuelo.

Tras una inspección la FISA descubrió además que el agua contenía tolueno, lo que permitió a la organización darle una pena más severa a la escudería, ya que este compuesto aromático según las reglas podía ser utilizado para elevar el nivel de octano en el combustible y así aumentar ilegalmente el rendimiento.

Tras la expulsión de la temporada de 1984, Tyrrell volvió a competir al año siguiente y continuó compitiendo hasta 1998 sin lograr ningún triunfo significante. En 1998 fue adquirida por la British American Tobacco (BAT) y rebautizado como la British American Racing (BAR).

Viejos hábitos…

Curiosamente, después del escándalo de 1984 debieron pasar otras dos décadas hasta que tuvo lugar otro escándalo del mismo calibre, y la escudería culpable fue ni más ni menos que la BAR. En el campeonato del año 2004 esta escudería con una vieja historia de romper las reglas equipó a su coche con un tanque ilegal secundario de combustible que le daba unos 6 litros extras. Tras intentar convencer a la FIA de que este tanque secundario era «simplemente un lastre» quedaron sancionados por dos carreras.