El Codex Romanoff
En el pasado habíamos hablado sobre el presunto texto escrito por DaVinci sobre la cocina, los modales y las recetas en la mesa renacentista. El Codex Romanoff, como es generalmente conocido, que en realidad no es más que una serie de artículos humorísticos escritos por el crítico de cocina español José Carlos Capel.
No obstante, no es secreto que el mismo Leonardo da Vinci estaba fuertemente interesado por la mesa y la cocina en general. Este interés por la cocina se acentuó en Leonardo cuando se encontraba pintando La última cena. Para crear esta obra, y esto lo explica su personalidad perfeccionista en detalle, pasó aproximadamente un año, antes de comenzar a pintar, pensando que es lo que podrían haber ingerido y que utensilios podrían haber utilizado estos comensales tan notables. Para investigar esta duda que tenía pasó varias semanas en la cocina de una abadía.
Es por lo anterior que el tratado sobre los modales del Codex Romanoff resulta tan interesante y gracioso, ya que si bien es una humorada, es a su vez algo que perfectamente podría haber escrito Leonardo considerando su obsesión con la mesa y los manierismos y modeles en la misma. En el artículo, da Vinci les da a los comensales de su señor mecenas Ludovico Sforza:
* Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.
* Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa.
* Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.
* No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
* No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.
* No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.
* No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa.
* Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa.
* No ha de limpiar su armadura en la mesa.
* No ha de tomar la comida de la mesa y ponerlo en su bolso o faltriquera para comerla más tarde.
* No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta mordida a esa misma fuente.
* No ha de escupir frente a él.
* Ni tampoco de lado.
* No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa.
* No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos.
* No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles.
* No ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está conversando.
* No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa (a menos que mi señor así se lo pida).
* No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa.
* Ni tampoco serpientes ni escarabajos.
* No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera).
* No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama.
* No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor).
* No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos.
* Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa.
* No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia).
* Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa.
Más sobre la comida en la antigüedad
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