
Máquinas de no hacer nada, las complejas máquinas que no hacen nada
Las máquinas de no hacer nada son proyectos tanto de ingeniería como de arte. Complejisimos mecanismos cuyo objetivo es el simlemente funcionar sin fin.
Revista y recopilación de artículos relacionados a obejetos varios y curiosos de todo tipo, tanto históricos como del presente.
Las máquinas de no hacer nada son proyectos tanto de ingeniería como de arte. Complejisimos mecanismos cuyo objetivo es el simlemente funcionar sin fin.
Al terminar la segunda guerra mundial los japoneses entregaron a los Estados Unidos algo que dejó atónitos a sus comandantes: un submarino portaaviones.
El Schienenzeppelin fue un tren experimental desarrollado en la década de 1930 que incorporaba una hélice de avión para cortar la resistencia del aire.
En este artículo te mostramos cual es el edificio más viejo de la historia de la humanidad, y los edificios de ladrillo y el de varios pisos más antiguos.
El artista Steven Backman realiza arte con palillos, de asombrosas microminiauras a partir de un solo palillo, a colosales obras con miles de palillos.
En el museo Museo Mercedes-Benz existe el fascinante tornado artificial más grande del mundo. El mismo es además el sistema anti-incendios del museo.
La tinta para impresoras de color negro HP es uno de los líquidos más costosos del mundo. Su costo supera incluso cientos de veces al del petroleo crudo.
Deseosos de tomar al enemigo por sorpresa, los ingenieros soviéticos combinaron un tanque T-60 con un avión Antonov, creando un tanque de guerra volador.
Durante la segunda guerra mundial los alemanes construyeron tanques de guerra gigantes. Varios los llegaron a construir, otros quedaron en el tablero.
En Turquía existe un milenario complejo de ciudades subterráneas, Kaymakli y Derinkuyu, las cuales sirvieron de refugio a poblaciones perseguidas.
En 1928 un inventor y músico ruso patentó uno de los únicos instrumentos musicales que no debe tocarse para que este produzca música: el theremín.
Hace 2532 años el rey Persa Dario I produjo la primera pieza de propaganda política de la historia, la estela de Behistun, gracias a la cual llegó al poder.
Distintos artistas a lo largo del mundo han reproducido fielmente ciudades famosas utilizando galletas, naipes fósforos y otro tipo de elementos.