La elevación de la ciudad de Chicago en el siglo XIX

La elevación de Chicago fue uno de los mayores esfuerzos de ingeniería del siglo XIX en el cual se elevo una ciudad para salvarla de las inundaciones.

La era de las grandes inundaciones

La gran elevación de la ciudad de Chicago fue la respuesta por parte de las autoridades de dicha ciudad a varios de los eventos relacionados a las grandes inundaciones de centros urbanos que tuvieron lugar entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, como fue el caso de la gran inundación de Paris de 1910, inundación que destruyó a varios edificios de la ciudad de las luces, y la inclemente inundación de Moscú de 1908, debido principalmente a una combinación entre el crecimiento urbano y las características de los terrenos en los cuales dichas ciudades fueron construidas.

En este artículo hablaremos sobre la construcción de Chicago, su historia temprana y sobre todo cómo la tecnología del siglo XIX elevó una ciudad entera a varios metros de altura.

La gran elevación de Chicago

Uno de los mayores problemas que experimentaron las ciudades más antiguas de los Estados Unidos fue que las mismas crecieron a partir de puestos comerciales que priorizaban el acceso a rutas comerciales tanto marítimas como terrestres. A medida que estos puestos se enriquecían y gradualmente se convertían en pueblos y luego en centros urbanos, sus habitantes entonces comenzaban a sufrir los efectos de la pobre ubicación geográfica.

Mapa de la ciudad de Chicago en sus origenes.
En sus orígenes Chicago era un pequeño puesto comercial y agrario adyacente a las costas del Lago Michigan.

Chicago fue uno de estos casos, una de las urbes más pobladas y ricas de América del Norte que comenzó como una humilde comunidad agrícola fundada en lo que hoy es el estado de Illinois por Jean Baptiste Point du Sable a finales del siglo XVIII cerca de las costas del Lago Michigan, lo que le otorgaba a la comunidad fácil acceso a los Grandes Lagos y así la posibilidad de comercializar rápidamente sus productos con las áreas más desarrolladas y pobladas de los recientemente independizados Estados Unidos. El problema, entonces, sería que justamente lo que fue su mayor ventaja durante sus inicios se convertiría en su mayor pesadilla a mediados del siglo XIX.

La ciudad, que ahora era un pulmón industrial y un centro urbano en constante crecimiento, se encontraba a una elevación similar a la del Lago Michigan, por lo que no se podía construir un sistema de cloacas para la eliminación de aguas residuales ya que para colmo de males la ciudad había sido originalmente construida sobre tierras pantanosas.

El frío de Chicago: además de ser una región pantanosa, la ciudad de Chicago es tan fría, en especial debido a las corrientes de aire provenientes de los grandes lagos, que la misma durante el invierno lleva a que los trajes de los bomberos se congelen debido a una combinación del frío y el vapor de agua.

La falta de un sistema de desagües cloacales y el terreno pantanoso comenzaron a causar estragos en la población local. Brotes de disentería, fiebre tifoidea y cólera eran comunes, hasta que en 1854 una epidemia de cólera causaría la muerte del 6% de la población de la ciudad.

Ilustración técnica de un tornillo utilizado durante la gran elevación de Chicago.
Para leventar los edificios de Chicago en el siglo XIX durante el evento histórico hoy conocido como la elevación de Chicago se utilizaron principalmente sistemas en serie de gatos de tornillo. En algunos casos especiales scomo la Franklin House, se utilizaron sistemas hidráulicos.

Como suele ocurrir con varias tragedias, lo ocurrido abrió los ojos de las autoridades de la ciudad, y con los aportes monetarios de varias empresas y magnates de Chicago prontamente comenzaron un proyecto para salvar a la ciudad de una nueva epidemia. Algo que ciertamente es más fácil decirlo que hacerlo, y durante dos años infinidad de ideas, muchas de estas simplemente imposibles, fueron sugeridas por varios industrialistas e ingenieros para solucionar el problema.

La solución llegó dos años más tarde, de la mano del ingeniero Ellis S. Chesbrough: levantar el centro de la ciudad utilizando un ejercito de trabajadores y sistemas mecánicos en serie para elevar varios edificios y calles y así construir el sistema de cloacas.

La tarea fue monumental, y requirió el trabajo de varios miles de obreros y fábricas dedicadas enteramente a construir las herramientas y maquinarias necesarias para la operación. El primer edificio en ser elevado fue un edificio de 750 toneladas largas, hecho enteramente con ladrillos y de 4 pisos de altura.

Sistema de gatos de tornillo utilizados en serie para elevar edificios en Chicago en el siglo XIX.
Durante la elevación de Chicago en el siglo XIX, además de elevar los edificios para construir el sistema de cloacas, muchos fueron simplemente reubicados a varios cientos de metros de su ubicación original.

El mismo se utilizó como prueba piloto, delegando la operación a los ingenieros James Brown y James Hollingsworth. Para la prueba piloto se empleó un sistema de gatos de tornillo industriales utilizados para levantar barcos, y su éxito alentó a varias compañías de ingeniería y magnates de la región a apoyar el proyecto.

Proyectos de ingeniería colosales: otro proyecto de ingeniería colosal fue la mudanza durante mediados del siglo XX de un milenario templo egipcio gigantesco construido dentro de una montaña con el fin de evitar que su destrucción a causa de la inundación causada por una represa. Puedes leer más al respecto en el siguiente artículo: La mudanza de Abu Simbel.

Rápidamente se juntaron los fondos necesarios para elevar a más de 50 edificios en menos de un año, y para 1865 la mayoría de los edificios del centro de la ciudad ya habían sido elevados. Muchos otros incluso fueron también ubicados en un nuevo lugar, cambiándolos de calle o removiéndolos del centro de la ciudad y llevándolos hacia los territorios más elevados al este de Chicago.

La elevación de Chicago.
Elevando el hotel Briggs House en 1866 durante la elevación de Chicago. Este fue uno de los últimos edificios en ser elevados.

La práctica de elevar edificios se hizo rutina ya para 1860 con docenas de proyectos teniendo lugar al mismo tiempo, y entre los más notorios se encontraban edificios tales como la Tremont House, un mastodonte de 6 pisos y 4000 metros cuadrados, para el cual se utilizó el trabajo de más de 550 hombres y se emplearon 5200 gatos de tornillo industriales debiendo cavarse una serie de trincheras extra bajo el edificio para emplazar refuerzos estructurales. Tras finalizar la obra el edificio había sido elevado mas de 1,8 metros.

La elevación de Chicago.
Sistema de gatos de tornillo utilizados en serie para elevar edificios en Chicago en el siglo XIX.

El proceso era relativamente simple, en primer lugar se realizaba un estudio detallado de las fundaciones, las paredes y columnas; luego se cavaban trincheras por las cuales se pasaban vigas; cada extremo de viga se apoyaba sobre uno o más gatos de tornillo los cuales a su vez se apoyaban sobre una fundación secundaria creada para soportar el peso relativo que dicho gato levantaría, y luego cada gato sería operado por un hombre, que girarían en un grado las palancas de los tornillos al unisono comandados por varios capataces que coordinaban con silbatos cada serie de puja.

Una tragedia que se terminó convirtiendo en una ventaja

La mayoría de los fondos para salvar a la ciudad provinieron de donaciones realizadas por magnates e industrialistas, por lo que las finanzas de la ciudad no se vieron perjudicadas. De hecho, los requerimientos de semejante obra faraónica llevaron a que varias empresas se muden a la ciudad para suministrar los equipos necesarios, recibiendo además un gran influjo de mano de obra calificada que permaneció en la ciudad incluso tras terminada la obra.

Vista aerea de Chicago.
Chicago durante el siglo XIX, la ciudad ya era un centro urbano de importancia.

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