El número de Dunbar, o el número límite a las relaciones de una persona

El número de Dunbar es un número al que llegó el antropólogo que define el número límite de amigos que puede entablar una persona.

El número de Dunbar

Desde inicios de la década de 1970 hasta finales de la década de 1990 tuvo lugar un búsqueda científica frenética por develar los misterios del comportamiento humano a nivel neurológico. Gracias a esto se hicieron descubrimientos tales como el efecto McGurk, o cómo nuestra visión puede alterar lo que escuchamos, y el asombroso número de Dunbar, entre tantos otros.

El número de Dunbar fue teorizado en el año 1992, gracias al trabajo del antropólogo Robin Dunbar, quien decidió responder a una de las preguntas más buscadas por los expertos en primatología: ¿Cuál es el límite cognitivo de relaciones sociales estables que un ser humano puede mantener?.

La respuesta, según Dunbar, sería 150. Número que no sólo parecería ser el límite de relaciones estables que una persona puede mantener. Sino que además podría indicar el límite de personas que pueden llegar a formar un grupo orgánico estable sin una estructura de autoridad piramidal. En palabras del mismo Dunbar:

…Existe un limite cognitivo al número de individuos con los cuales una persona puede mantener relaciones estables, así también éste limite es una función directa relativa al tamaño de la neocorteza, y esto en efecto limita el tamaño del mismo grupo [a formarse]

La base de la teoría

Dunbar partiría realizando un censo del tamaño promedio de grupos en 36 géneros de primates. Información que correlacionaría con el tamaño de su neocorteza. Con esta información crearía una ecuación de regresión con la cual podría predecir como ambas variables -tamaño del grupo con respecto al tamaño del cerebro- se corresponden entre si.

Relacionando esta información al ser humano, deduciría que 147,8 es el número promedio de relaciones sociales estables en un ser humano. Dunbar tomaría este número como exploratorio ya que era consciente del margen de error en la ecuación. Sin embargo, prontamente descubriría que su ecuación no estaba tan errada.

El estudio del cerebro humano: estudiar el cerebro humano es algo que obsesionó a los científicos del siglo XX, con muchas de las grandes mentes de dicho siglo, como por ejemplo Albert Einstein, donando su cerebro a la ciencia en sus testamentos. En Rusia esto llegó a su punto máximo, ya que incluso se creo un museo y centro de investigación de cerebros de genios: El panteón de cerebros de genios, la colección de cerebros más grande.

150, un límite muy humano

El circulo expansivo de Dunbar.
El circulo expansivo de Dunbar. 5- representa a las relaciones nucleo, las más cercanas, 15 a las amistadas fuertes, 50 a las relaciones comunes, 15 a las amistades, 500 a los conocidos, 1500 a solo conocer a alguien de cara o por nombre.

Posteriormente, Dunbar comenzó a comparar su predicción con grupos de humanos observables en distintos períodos y culturas. Su estudio, tomaría como base de partida la evolución de la neocorteza humana durante el Pleistoceno.

Una vez definido el punto de partida recopilaría información arqueológica y etnográfica con información sobre la estructura social de sociedades en el Pleistoceno (era habitada principalmente por los Homo erectus, seres humanos primitivos que ya eran capaces de construir simples estructuras). Así iría armando un censo promedio de dichas grupos, concluyendo que éstos se dividían en tres categorías principales las cuales iban desde: Pequeños (30 a 50 individuos) medianos (100 a 200) y grandes (500 a 2500). En efecto, Dunbar descubrió con esto un patrón repetitivo muy común en casi todas las civilizaciones humanas a lo largo de la histaria.

Llamativamente, durante su investigación en profundidad de los grupos a lo largo de la historia y las distintas culturas, notaría una relación aproximada con el número descubierto en su primer etapa. 150 habitantes era el promedio de habitantes de un poblado neolítico; 150 a 200 era el número de académicos en una sub-especialización de una disciplina.

Por otra parte, 150 hombres era la cantidad de soldados encontrados en una unidad promedio en los ejércitos de la antigua Roma hasta el siglo XVI. Más importante aun, si la unidad necesitaba ser más grande, esta debía ser fragmentada en grupos «manejables» que siempre rondaban los 150 hombres.

A este punto Dunbar basaría su estudio enteramente a partir del número 150 como la cantidad máxima promedio que, a nivel cognitivo, formaban el número de relaciones sociales estables que un ser humano podía mantener. Este número, a su vez, estaba directamente relacionado al tamaño de la neocorteza.

De hecho, su observación más importante radicó en el que un grupo de 150 personas poseían un incentivo de supervivencia muy grande para permanecer juntas. A su vez, elabora Dunbar, esa unidad, que resulta ser evolutivamente provechosa, sólo podía ser mantenida si el grupo de personas pasaban un 42% de su tiempo socializando

Nota: de hecho, Dunbar teoriza que el lenguaje es principalmente desarrollado para limitar esa cantidad de tiempo.

Tribus perdidas: entender los conceptos trazados por el número de Dunbar nos permite comprender la razón por la cual sociedades como las tribus perdidas, es decir tribus sin contacto con el mundo moderno, como por ejemplo la aislada tribu de los sentineleses, mantienen poblaciones de números muy bajos y, cuando superan dicho número, suelen dividirse en dos tribus distintas.

Es importante notar que el número 150 hace referencia a grupos orgánicos de personas. En efecto, establece que para mantener grupos más grandes es necesario establecer una estructura organizacional centralizada y figuras de autoridad piramidal. 150 personas, no obstante, pueden formar un grupo cohesivo sin la necesidad de una estructura piramidal de organización y mando.

A partir de esto, el «Número de Dunbar» comenzó a ser estudiado como «tópico caliente» por antropólogos de todo el mundo. No pasaría mucho tiempo hasta que el mismo comenzara a aplicarse en teorías y aplicaciones del marketing; e incluso para estudiar grupos de personas en mundos virtuales como el World of Warcraft.