Kolyma, la autopista de huesos humanos
La llegada del comunismo a Rusia no solo incrementó el nivel de opresión que el pueblo ya venía sufriendo con los Zares. Sino que además, y de manera infortunada, también propició una serie de metas belicistas, muchas veces aceleradas y desmedidas, que intentarían ser alcanzadas bajo cualquier precio.
Incluso si ese precio significaba la pérdida de millones de vidas humanas. Uno de estos proyectos fue la autopista de Kolyma, la cual, a causa de la enorme cantidad de esclavos que murieron durante su construcción, todos prisioneros de gulags, los temibles campos de concentración soviéticos.
Esta ruta fue apodada por sus propias victimas como «La Vía de los Huesos,» ya que los restos óseos de miles de los obreros muertos serían también utilizados como material poroso en la mezcla de construcción. Sí, en efecto, decir que esta ruta fue construida con esclavos y huesos no era una alegoría, sino que se trata de una afirmación literal. Los huesos de los mismos esclavos utilizados en su construcción fueron uno de los materiales con los cuales se construyó la ruta.
En 1932 el Directorado de Dalstroy, encargado de planear construcciones a gran escala y a su vez bajo el control de la NKVD -la agencia predecesora de la nefasta KGB,- decidiría construir una autopista con el fin de conectar las regiones orientales de Yakutsk y Magadan con el banco este del río Lena.
Estos esfuerzos por mejorar la infraestructura de la región eran críticos y muy necesarios, ya que la expansión del ferrocarril transiberiano llevó a que se creen varios pueblos y asentamientos en las áreas antiguamente despobladas y desoladas de la fría e inhóspita siberia. Muchos de estos con opulentas y bellas casas de madera tallada.
Pretendiendo así mejorar el transporte de suministros y el movimiento de tropas en esta región de dificilísimo acceso. La obra sería faraónica y comprendería realizar trabajos en un clima inclemente, cuyo promedio de temperatura iba de los -30ºC a los -40ºC y, en algunos casos, como en los picos de las Colinas del Este de Siberia, donde el viento se incrementaba, unos -60ºC.
Tales condiciones no significarían un gran problema para el Directorado de Dalstroy, ya que éste contaba con una casi inagotable fuente de trabajo esclavo al emplear prisioneros del campo de concentración de Sevvostlag. Gente, que en una gran mayoría, su único «crimen» había consistido en tener opiniones diferentes a las normas generales o simplemente haber criticado públicamente a la doctrina marxista.
]Éste inhumano proyecto no solo se apoyó en la utilización de esclavos para su, eventualmente fallida, concreción. Sino que además, los restos óseos de los miles de esclavos que perecieron en la construcción, fueron utilizados como material poroso en la mezcla utilizada para realizar la base de la ruta.
Esto llevó a que hoy en día la misma sea considerada como un monumento conmemorativo al sufrimiento de dichas personas y se apodara como «la Ruta de los Huesos».
A las decenas de miles que perdieron sus vidas en el campo de concentración, o gulag, de Sevvostlag hoy se las recuerda con un masivo y a la vez emotivo monumento llamado la Máscara del Lamento.
Algo que causa impresión es el monumento, es que la lagrima del rostro más grande esté hecha a partir de rostros más pequeños. Creo que ese es un fiel y revelador reflejo de las atrocidades de Kolyma.
Personalmente recomiendo el libro del escritor y poeta Varlam Shalamov, «Historias de Kolyma». Shalamov fue prisionero del gulag y durante su cautiverio trabajó como esclavo, entre otros, en el proyecto de la autopista.
A los gulags no iban solamente pobres diablos víctimas del sistema, sino que, la opresión soviética era tal, que incluso había gulags especiales para genios. Prisiones donde fueron detenidas figuras tales como Sergey Korolyov, padre de la cohetería rusa, y Andrei Tupolev, padre de la ingeniería aeronáutica soviética.
El osario de Sedlec
Si hablamos de construcciones realizadas a partir de huesos no podemos dejar de mencionar una que si bien es igual de tétrica es a su vez mucho menos nefasta y oscura. El famoso osario Sedlec en Kutná Hora, una iglesia que, cuando su cementerio se abarrotó de esqueletos tras el paso de los siglos y debió realizar su remoción para así depositar dichos huesos en un osario, decidió realizar todo tipo de adornos y decoraciones utilizando miles de huesos humanos.
Puedes leer más sobre el osario de Sedlec y ver las impresionantes imágenes siguiendo este enlace.
Enlaces relacionados
– El Museo del Gulag tiene un excelente artículo (en inglés pero con varias fotos) mencionando las duras condiciones en las que estos esclavos debían de trabajar.