Deseosos de tomar al enemigo por sorpresa, los ingenieros soviéticos combinaron un tanque T-60 con un avión Antonov, creando un tanque de guerra volador.
La masiva explosión no solo destruyó la nave, sino que además prácticamente desintegró la torre de control y destruyó gran parte del centro de despegue.
Al caer la Unión Soviética miles de ucranianos destruyeron las estatuas del comunismo y las arrojaron al mar, formando así un coral de estatuas sumergidas.
Para construir Kolyma, una autopista en Siberia, la URSS utilizó esclavos de los gulags. Cuando un prisionero moría agotado, sus huesos eran utilizados como material de construcción.
El Experimento Orenburg fue una prueba nuclear de la Unión Soviética utilizando soldados que avanzaban hacia el hongo nuclear y un poblado entero expuesto a la radiación.