
El accidental y curioso origen del tratamiento contra el cáncer linfático
Un accidente durante la segunda guerra mundial llevó a que se realice una investigación que daría encontrando con un tratamiento para el cáncer linfático.
Revista y recopilación de artículos relacionados a los sucesos malos, calamidades y tragedias ya sea de la historia como del presente.
Un accidente durante la segunda guerra mundial llevó a que se realice una investigación que daría encontrando con un tratamiento para el cáncer linfático.
Durante los inicios y mediados del siglo XVIII los mares del caribe se vieron asediados por infinidad de piratas, entre ellos la capitana pirata Anne Bonny.
Hace más de 2200 un influyente filósofo y matemático, Crisipo de Solos, refundó el pensamiento estoico. El destino quiso que todos sus textos de pierdan.
Si bien es normal creer que la virtual extinción del nombre Adolfo se debe a la mala fama que el sangriento dictador alemán dejó, esto quizás no es así.
Jeffrey Hudson, mejor conocido como Lord Minimus, fue un enano del siglo XVI quien, debido a una casualidad, fue parte de la corte de Enriqueta María.
La ametrallador Puckle Gun del siglo XVIII fue creada con una singular particularidad: balas redondas para protestantes y balas cuadradas para musulmanes.
En la segunda guerra los alemanes utilizaron la torre de Pisa como puesto de observación. Ordenada su destrucción un soldado estadounidense logró salvarla.
Durante la Guerra Fría los poderes nucleares diseñaron bombas nucleares portátiles capaces de ser transportadas y lanzadas por una o dos personas.
En 1952 el científico Paul Felix Armand-Delille introdujo la Mixomatosis en Europa con el fin de controlar la población de conejos el resultado fue nefasto.
Tras capturar Prusia la Unión Soviética destruyó como venganza el castillo Königsberg y construyó un edificio en su lugar. Pero castillo tuvo su venganza.
La Mary Celeste fue un barco a vela del siglo XIX cuya tripulación desapareció de manera misteriosa, quedando el navío a la deriva durante años.
Curisosamente la última victima directa de la segunda guerra mundial tuvo lugar 64 años después de terminada la guerra. La razón del por qué es sorprendente
En el siglo XIX cuando los estafadores abundaban por los Estados Unidos, Charles Mallory Hatfield, el "hacedor de lluvias" tuvo la mala suerte de tener buena suerte.