Una breve historia de la medición del tiempo
La medición del tiempo es ciertamente uno de los conceptos más interesantes generados por la humanidad. Incontables métodos y modalidades han sido implementadas para registrar las andanzas de Cronos, y si bien a lo largo de la historia se han creado métodos realmente creativos, sin embargo, en la actualidad, la precisión y la exactitud a la hora de registrar el paso del tiempo se han convertido en una especie de requerimiento de facto. No siempre fue así, y obviamente esto trajo infinidad de problemas.
Los romanos y muchas otras civilizaciones antiguas, por ejemplo, tenían horas «variables» dependiendo de la época del año, algo que no nos es de extrañar si consideramos que utilizaban casi exclusivamente relojes de sol. Por ejemplo, en el caso de los romanos, en invierno, con días más cortos, la hora denominada como Sexta transcurría, en estándares actuales, de 11:15AM a 12:00PM, mientras que en verano lo hacía de 10:44AM a 12:00PM. Para saber más sobre la división del tiempo en Roma, sigue este enlace.
Problemático si tenemos en cuenta que con estas horas se adjudicaban pagas, comisiones, tiempos que requería cierto trabajo y varios otros aspectos cotidianos (siendo lo más curioso el que sólo tenían 12 horas, y la falta de luz, es decir desde el atardecer al amanecer, se contaba todo como solo una no-hora).
La misma problemática asechaba a los alquimistas del Renacimiento, cada región, incluso cada fabricante, poseía su propio estándar de volúmenes para las recámaras de sus relojes de arena, por lo que un alquimista veneciano, para quien 4 ciclos de su reloj de arena equivalían a 12 minutos, siguiendo la receta escrita por un alquimista florentino, para quien 4 ciclos de su reloj de arena equivalían a 8 minutos, podía, a pesar de seguir las instrucciones al pie de la letra, morir intoxicado al sobre-calentar un compuesto tóxico más de la cuenta.
En fin, ¡celebremos la exactitud alcanzada y alabemos los estándares actuales! (que en realidad no son nada nuevos, recordemos que el sistema en base 60 que utilizamos en la actualidad para medir el paso de los segundos, minutos y horas lo venimos arrastrando desde hace unos nueve mil años gracias a los sumerios, y del cual ya hemos hablado) citando algunos de los relojes más interesantes del mundo.
La medición del tiempo en el hinduismo es incluso aun más interesante. En efecto, los hindues tienen algunas unidades y escalas que superan en extensión a la totalidad de la existencia del universo. Puedes leer más sobre la manera en la que el tiempo se mide en el hinduismo siguiendo este enlace.
La casa de cuco
Debo confesar, tengo una fascinación con los relojes de cuco. Supongo que se debe a que de pequeño, en mi escuela, en la cual vivía durante el invierno, había infinidad de los mismos. Por alguna razón que desconozco en el presente los suizos han «robado» para si mismos el crédito sobre la invención de estas maravillas mecánicas, no obstante las mismas son un invento bien alemán, más precisamente de la región denominada como Schwarzwald, conocida en castellano como la Selva Negra.
Teniendo lugar su creación cuando un noble llamado Philipp Hainhofer, deseoso de impresionar a un príncipe, inventara el primer reloj de cuco en el año 1630, si bien fue todo un logro, el aparato poseía varios defectos conceptuales en su mecanismo que lo llevaban a trabarse constantemente.
Solo 20 años después en el 1650 el gran Athanasius Kircher (uno de mis héroes máximos) en su eterna búsqueda por maravillas y fascinaciones, describió en su monumental obra sobre la música y el sonido, la inmortal Musurgia Universalis, el primer reloj de cuco funcional de la historia.
No solo detallando su funcionamiento, sino que además sugirió mejoras sobre el mecanismo que solucionaban definitivamente los problemas con las trabas. En fin, vayamos al grano, y, donde más que en el lugar donde nació esta maravilla vamos a encontrar uno de los relojes de cuco más raros del mundo. Tan grande como una casa y con docenas de figuras que componen una compleja escena totalmente accionada por un mecanismo único.
El reloj más grande del mundo
El Reloj Real de Makkah en la Meca es el reloj más grande del mundo con sus 43 metros de diámetro. El mismo se encuentra en la parte superior de un edificio de 120 pisos a 601 metros de altura. Su construcción llevó más de 4 años y fue diseñado y construido por la famosa empresa de alemana Perrot.
Ciertamente la Meca cambió mucho con respecto a los ya lejanos mediados del siglo XIX cuando el capitán Sir. Richard Burton se convirtió en el primer occidental en visitar el sitio sagrado de los musulmanes. Tarea que hizo desde el incógnito, vistiéndose como peregrino y pretendiendo ser árabe ya que la peregrinación estaba prohibida para los que no eran musulmanes.
El reloj solar más grande del mundo
La ciudadela de Saint-Michel, es decir el famoso y extremadamente bello Mont Saint-Michel, ubicada en el norte de Francia, es una ciudadela que, además de ser famosa por haber sido una fortaleza imposible de asediar y conquistar antes de la llegada de la pólvora a Europa, es el reloj solar más grande del mundo gracias a su forma circular con su centro elevado y la gran espira de la estructura central, ubicada en el centro del circulo. Hemos hablado en mayor detalle sobre esta fascinante isla, su historia y su bella arquitectura en el siguiente artículo: El Monte Saint-Michel, la fortaleza imposible de asediar.
En la imagen a continuación puedes determinar la hora del día en la que fue tomada la fotografía simplemente guiándote por la sombra de la espira principal.
El reloj más bello del mundo
La belleza es subjetiva a cada individuo, por lo que el siguiente juicio es personal. Dicho esto, absolutamente nada supera en belleza al reloj de Praga, Pražský orloj en checo, el cual, irónicamente, no mide el tiempo, sino que se trata de un reloj astrológico construido durante el medievo que, con su increíblemente complicado mecanismo, maneja una serie de discos que representan el movimiento del Sol y la Luna y la relación entre los distintos planetas en un anillo zodiacal, todo relacionado a un calendario mecánico y una serie de distintas figuras alegóricas representadas con estatuas.
El tiempo, incluso, no se mide en horas modernas, sino en horas italianas -una progresión más intuitiva y dividida en 24 partes, de hecho esto aun se conserva en la actualidad, del modelo de 12 horas solares romanas-. La construcción del reloj, hecha en partes, sería comenzada en el 1410, y su conclusión llevaría más de un siglo.
Desafortunadamente el caos de la segunda guerra mundial llevó a que los alemanes, en su invasión y ataque a Praga, lanzaran bombas incendiarias quemando parte de las estatuas como daño colateral; mientras que años más tarde soldados soviéticos saquearían partes del reloj tras la invasión de Praga por parte de la Unión Soviética.
Al día de hoy, por fortuna, el reloj se encuentra reconstruido (aunque admito que la Paradoja de Teseo tiene mucho peso en este caso)
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