El U-2, el avión espía de alta velocidad y gran altura que dominó los cielos

El avión U-2 fue diseñado para espiar desde gran altura a los enemigos de los Estados Unidos sin que ningún tipo de defensa aérea pueda alcanzarlo.

U-2, el avión espía por excelencia

El avión espía U-2 «Dragon Lady» de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos diseñado y construido por Lockheed fue un avión utilizado por los Estados Unidos en la década de 1950 antes del advenimiento de los satélites espías (tan solo unos pocos años después) para espiar de manera aérea los territorios comunistas y enemigos.

La idea detrás de los mismos era que, si se volaba lo suficientemente rápido y alto, se lograrían evadir todos los sistemas de defensa aérea enemigos. Su diseño fue propuesto por Lockheed en 1953 y aprobado por el gobierno de los Estados Unidos en 1954. Debido a su carácter de avión espía, estos jets ultra veloces eran piloteados por pilotos de la CIA. En efecto, Gary Powers, famoso por haber sido derribado sobre territorio soviético, era un piloto de la CIA que se encontraba piloteando el un avión denominado CIA U-2A.

Fotografía de un avión U-2 en vuelo.
Fotografía de un avión U-2 en vuelo.U-2 en vuelo sobre las nubes.

Los U-2 cumplieron un rol fundamental durante varios de los episodios e incidentes más emblemáticos de la Guerra Fría, desde la crisis del canal de Suez, la Crisis de los Misiles Cubanos, los movimientos de tropas en Alemania del este, y la infinidad de guerras tipo proxy que se vislumbraron durante este período oscuro de la humanidad.

Las características de los U2

Estos aviones era revolucionarios para su época y difíciles de volar. Su diseño se basó en construir el chasis lo más liviano posible, por lo que se utilizaron grandes cantidades de titanio y aluminio aeroespacial de alta calidad.

El U-2 era capaz de planear, y tenía una relación de planeo de 23:1. Su techo operacional era de 21 kilómetros de altura, y su sistema de controles fue diseñado enteramente con el vuelo a gran altura en mente. Es decir, el U-2 estaba pensado para permanecer el 99% del tiempo de misión volando a gran altura y gran velocidad.

La carrera aeronáutica: si bien la carrera espacial es el más famoso de todos los aspectos de la Guerra Fría, la carrera aeronáutica es un aspecto aun mucho más interesante, ya que la misma vio fenómenos sin igual como por ejemplo la Unión Soviética pasando de ser una potencia militar con los peores aviones y sin motores de origen propios a convertirse en una potencia aeronáutica en solo 15 años: El MiG-25, el avión soviético que batió todos los récords de vuelo.

Los sensores de los aviones U-2

Si bien su diseño e ingeniería eran impresionantes, su sistema de sensores eran aún más espectaculares. Los mismos eran aviones espías por lo que contaban con tecnología de espionaje y revelamiento superior a cualquier tecnología civil de la época.

Fotografía de la cámara B de un avión U-2.
Cámara B de un avión U-2 actualmente exhibida como pieza de museo.

Las cámaras de alta resolución de la era contaban con una resolución de tierra de 7 metros a una altitud de 10 kilómetros (revolucionarias para su época), no obstante, esto era insuficiente para los U-2, los cuales necesitaban una resolución de 3 metros a 21 kilómetros de altura. Cámaras con dicha resolución fueron diseñadas por James G. Baker de la universidad de Harvard y Richard Scott Perkin de la compañía Perkin-Elmer completamente en secreto.

Las primeras cámaras utilizadas por los U-2 eran denominadas trimtrogon A, con tres lentes una distancia focal de 610 mm. Las trimtrogon B prontamente las reemplazaron, con lentes de una distancia focal de 910 mm, lentes de tipo F/10 y compensación de movimiento automática y capaces de resolver 100 líneas por mm.

Además de las cámaras los U-2 poseían sensores en la nariz, y las alas, capaces de recolectar señales de radio y otros tipos de telecomunicaciones.

Los pilotos de los U-2

Los pilotos de los U-2 pertenecían a la elite de las fuerzas armadas y agencias de inteligencia de los Estados Unidos. Su proceso de selección era riguroso y complejo, de hecho, en primer lugar, debido al extremo secreto detrás de la existencia del avión, las mismas agencias decidían quien podía ser un candidato. A partir de eso posteriormente se le ofrecía, bajo órdenes de mantener el secreto, ser parte del proceso de selección.

La CIA tenía el mayor control sobre el proyecto, al cual denominó como Proyecto DRAGON LADY. Curiosamente, y esto es lo más interesante, debido a las características de las misiones, en un principio se eligieron pilotos que no eran ciudadanos estadounidenses-. Entre estos había pilotos griegos y polacos. La lógica detrás de esto era que, si el avión era derribado en territorio soviético, los Estados Unidos podrían negar su participación en el incidente, ya que el piloto no era un ciudadano estadounidense.

Fotografía de un avión U-2 y sus equipos experimentales.
Avión U-2 y los distintos equipos de espionaje experimentales que podía llevar en su bahía de carga.

Sin embargo, con el pasar de los años se fueron seleccionando cada vez más pilotos estadounidenses para cumplir con las misiones debido a que aspectos tales como la barrera del idioma dificultaban mucho la interacción entre los pilotos y el control. Por ejemplo, de los 7 pilotos griegos elegidos inicialmente, solo 2 lograron ser seleccionados para volar el U-2, no por su falta de talentos como pilotos, sino por problemas comunicacionales. Por otro lado, los pilotos extranjeros no tenían el mismo nivel de acceso a aviones de alta tecnología y horas de vuelo que tenían los pilotos estadounidenses. Esto también limitaba mucho la cantidad de pilotos extranjeros que cumplían con los requerimientos necesarios.

Cómo era volar en un avión U-2

Con base en California -en este caso la versión del avión utilizado en el video es su variante de entrenamiento, denominada como TU-2.- Los U-2 eran utilizados como «punto de partida» para los pilotos que luego volarían los míticos SR-71 sobre la Unión Soviética. Aviones tan veloces y capaces de volar a tanta altura que muchas veces, los mismos misiles, eran incapaces de alcanzarlos.

Si bien el avión espía SR-71 ya supera tranquilamente los 50 años desde su diseño y fabricación sigue siendo aun uno de los aviones más veloces y resistentes que existen, superando incluso, al F22 Raptor -el solo hecho de pensar que fue diseñado en planos de papel y con ingenieros haciendo los cálculos «a mano» me provoca una admiración indescriptible.-


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