Al terminar la Segunda Guerra la aviación Unión Soviética estaba muy relegada comparada con la occidental. Todo cambió con el desarrollo del mítico MiG-25.
Tom Attridge fue un piloto que en el año 1956, tras una vertiginosa maniobra a gran velocidad, hizo que sus propias balas impacten contra su avión, derribándose a sí mismo.
El XF-85 Goblin fue un prototipo de avión caza diseñado por los Estados Unidos el cual iba añadido al fuselaje de un bombardero a manera de "parásito".
El inventor y genio Alexander Graham Bell además de haber inventado el teléfono se dedicó a la investigación aeronáutica: las cometas tetrahédricas de Bell.