El accidente que convirtió a Enrique VIII en un rey tirano y despiadado

Enrique VIII fue un rey inglés cuyo carácter cambió repentinamente, volviéndose despiadado. Hoy la ciencia cree que sufrió un accidente cerebral que alteró su comportamiento.

Los reyes ingleses

Uno de los sucesos más interesantes en la Historia de la Inglaterra pós-medieval es el repentino cambio de personalidad y carácter sufrido por el rey Enrique VIII, en inglés Henry VIII. Si bien Inglaterra tuvo infinidad de reyes despiadados y opresores, este fue el primero de dichos reyes que pasó de ser un buen rey a un déspota.

El accidente de Enrique VIII

Retrato de Henry VIII, Enrique VIII en español.
Retrato de Enrrique VIII, Enrique VIII en español, tras llegar a pesar 180 kilos. La comida se convertiría en su mayor consuelo tras el casi fatal accidente que le dejaría una pierna dañada de manera irrecuperable y posiblemente un daño cerebral.

Si bien al monarca se lo recuerda como uno de los mayores tiranos de la historia británica, uno se sorprende al estudiar su vida como en un principio, ese rey, que la historia plasmaría literalmente como una especie de cruza entre un demonio dantesco y un asesino serial, era al principio un hombre extremadamente culto, un renacentista amante de la ciencia y el arte en cuya corte se fomentaba y subvencionaba la razón, la literatura, la música y el estudio de la naturaleza. Sobre todo, sorprende como éste era mencionado en sus principios como un rey justo con el pueblo y muy generoso y de un día para el otro, como un monstruo tiránico.

No obstante, y para justicia de Enrique Octavo, su personalidad tiránica no sea quizás su culpa, y se deba más bien a un daño cerebral que sufrió durante un serio accidente mientras participaba una justa. Es notable como todos los documentos de la época se sorprenden del literal e instantáneo cambio del monarca. Cambio que tuvo lugar el 24 de Enero del 1536, cuando se encontraba participando en uno de los tantos eventos deportivos que solía llevar acabo.

En este, tras una serie de exitosas pasadas, uno de los caballeros sería efectivo en su juego al derribar al rey de su caballo. La caída sería terrible, Enrrique VIII se propinaría de cabeza contra el suelo y, para colmo, su caballo, que se había parado en las dos patas traseras, lo pisaría y luego, tras tropezar con el cuerpo inconsciente del monarca, caería sobre el mismo.

Enrique VIII permanecería semi-inconsciente durante dos horas, y sus médicos lo creerían muerto en un principio ya que durante unos minutos no registraron respiración alguna -éste es hoy el mayor indicador que nos dice que, el hasta ése mismo entonces un rey generoso, sufrió un severo daño cerebral.-

Un apetito incansable: otro de los factores que afectaba en gran medida su salud era su extrema glotonería y obesidad, llegando a comer elaboradas comidas realizadas con carne de todo tipo de animales, desde delfines hasta cisnes. Varias de las comidas disfrutadas por Enrique VIII eran realizadas a partir de las recetas de The Forme of Cury, el primer libro de cocina en la Historia. Este libro fue mandado a hacer por uno de sus antecesores al trono inglés, aunque miembro de la casa rival de los Plantagenet, recordemos que Enrique VIII era de la Casa Tudor.

Enrique VIII despierta con una nueva personalidad

El rey despertaría ante un nuevo mundo, ya no podría practicar más deportes, una de sus pasiones, ya que su pierna quedaría muy dañada, y prontamente engordaría en gran medida. No sólo su cuerpo se alteraría, sino que sus intereses variarían, dejaría de escribir poesías y baladas, algo que hacía con pasión anteriormente y su corte ya no sería tan renacentista. No sólo ordenaría penas mucho más severas para crímenes menores, sino que además, y a los pocos meses del accidente, ordenaría la ejecución de su esposa, Ana Bolena.

Las seis esposas de Enrrique VIII.
Las seis esposas de Ricardo VIII, todas tuvieron un trágico destino a manos de este despiadado rey obsesionado con tener un hijo varón.

Así, se volvería a casar varias veces más, ejecutando a todas sus esposas. Si bien dejaría todo tipo de actividad física de lado Enrique fue considerado hasta ese entonces como uno de los monarcas más atractivos y atléticos de Inglaterra- la comida se convertiría en su nueva pasión. Comiendo más de 13 veces al día prontamente llegaría a pesar unos 180 kilogramos.

Si bien muy posiblemente su personalidad se haya visto alterada por una combinación entre el golpe a la cabeza y su práctica invalidez tras el accidente, el que una vez fue un príncipe prometedor y admirado, terminó convirtiéndose en sinónimo de tirano y sangriento despiadado.

Curiosamente, y a diferencia de Julio César, a quien describió exclusivamente como un tirano sin piedad alguna, y Ricardo III, con Enrique VIII Shakespeare no tuvo necesidad de exagerar en lo más mínimo.

Si bien Enrique VIII fue un tirano, tristemente la tiranía no es un fenómeno exclusivo de los tiempos pasados, e incluso en la modernidad vimos algunos de los dictadores más excéntricos en la Historia, como es el caso de Saparmurat Niyazof, el dictador más egocéntrico en la Historia un hombre que utilizó los escasos recursos de su pueblo para construir estatuas de oro en su honor e incluso palacios de hielo en el desierto.