Steinmetz y la marca de tiza de los $10 mil dólares

Steinmetz fue un científico que facturó 10 mil dólares por una marca de tiza. Al ser cuestionado este replicó con una respuesta sin igual.

Nacido en Breslau, 1865. Charles Proteus Steinmetz, cuyo nombre original de nacimiento era Karl August Rudolf Steinmetz, fue matemático, inventor e ingeniero, de origen alemán y de baja estatura y problemas físicos relacionados a una deformidad congénita (era jorobado) y tenía dificultades para desplazarse.

Charles Proteus Steinmetz realizando complejos cálculos y estudios en una canoa.
Charles Proteus Steinmetz realizando complejos cálculos y estudios en su «oficina preferida», una canoa con la cual daba largos paseos por lagos y ríos.

Estudió en la Universidad de Breslau, pero tuvo que huir de Alemania debido a sus ideas socialistas, y en 1888 se trasladó a Zurich, pasando a los Estados Unidos en 1889. Trabajó en la empresa de electricidad de Rudolf Eickemeyer, que en 1893 fue comprada por la General Electric.

En 1892 descubrió la histéresis magnética, el fenómeno en virtud del cual los electroimanes cuyo núcleo es un material ferromagnético (como el hierro) no se magnetizan al mismo ritmo que la corriente variable que pasa por sus espiras, sino que existe un retardo.

Cuando el campo magnético es nulo, el núcleo mantiene una densidad de flujo magnético remanente. Este fenómeno da lugar a pérdidas de energía, que se disipa en forma de calor. En 1893 desarrolló una teoría matemática aplicable al cálculo de circuitos en corriente alterna, lo que facilitó el cambio de las líneas de energía eléctrica, que inicialmente eran de corriente continua.

Posteriormente investigó las corrientes transitorias que surgen en los circuitos cuando se conecta o se desconecta la fuente de alimentación, que solo duran hasta que se establece el régimen permanente, pero que pueden causar daños importantes.

La siguiente anécdota fue publicada en la sección de cartas en la revista Life (1965):

Señores, en su artículo sobre Steinmetz (23 de abril) mencionaban una entrevista con Henry Ford. Mi padre, Burt Scott, empleado de Henry Ford desde hacia años, me relato ese encuentro. Se había planteado dificultades tecnicas en un generador de nuevo diseño en la planta Ford de River Rouge y sus ingenieros no eran capaces de resolverla, de manera que Ford solicitó la ayuda de Steinmetz. Cuando el ¨pequeño gigante¨ llego a la planta, rechazo toda asistencia, pidiendo solamente un cuaderno, un lápiz y un camastro. Durante dos días y dos noches vigilo el generador e hizo gran cantidad de cálculos. Entonces pidió una escalera , una cinta de medir y un trozo de tiza. Trepo laboriosamente por la escalera , realizo mediciones cuidadosas e hizo una marca con la tiza en un lateral del generador. Descendió y ordeno a su escéptica audiencia que quitaran una placa del generador y eliminasen 16 espiras de la bobina a esa altura. Se hicieron las correcciones y generador funcionó perfectamente. Mas tarde, Ford recibió una factura de la GE por un monto de U$S10.000 firmada por Steinmetz.

Ford la devolvió agradeciendo el buen trabajo realizado y pidiéndole respetuosamente una factura detallada . Steinmetz replico como sigue:

* Hacer una marca con la tiza U$S 1,00
* Saber donde hacerla U$S 9.999
* Total a pagar U$S 10.000.

Las cuentas del gran capitán

Una historia muy similar se da con las denominadas cuentas del gran capitán. Si bien se considera que gran parte de la misma es simplemente una leyenda, esta relata la historia en la cual el rey Fernando el Católico le pidió a don Gonzalo las cuentas de en qué había exactamente gastado el oro de su reino.

Ofendido ante tal atrevimiento don Gonzalo respondió lo siguiente:

Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados.

Sea verídica o sea leyenda esta interesante anécdota de la historia española nos da una noción de la importancia del poder por autoridad, poder que solo puede ser ganado a través del talento y los logros personales conseguidos.

En efecto, Steinmetz tenía este poder a nivel científico e ingenieril. Sus logros y éxitos fueron tales a lo largo de su vida, que cuando este decía algo era muy difícil cuestionar sus decisiones, ya que las mismas acarreaban consigo un peso de autoridad.

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