Helene Demuth, la mujer que Karl Marx trataba como a una esclava

Karl Marx, el padre del comunismo, tuvo un pasado oscuro. Esta es la historia de Helene Demuth, la mujer que Marx trataba como a una esclava.

Una mujer llamada Helene Demuth

Los biógrafos marxistas que escriben sobre Karl Marx tienen la poco profesional y para nada ética costumbre de «obviar» los detalles de su vida privada, no porque estos sean irrelevantes sino porque son tan macabros y desagradables que escribiendo sobre ellos temen herir su ideología.

Fotografía de Helene Demuth, la sirvienta de Karl Marx
Helene Demuth, la sirvienta de Karl Marx.

Sabido es el maltrato que Marx propinó a sus tres hijas, de hecho se negó a pagarles los estudios y llevó a que dos de estas se quitaron la vida tras años de soportar reiterados abusos potenciados por el alcoholismo de su padre. Tristemente, de los abusos sufridos por Helene Demuth su «secretaria», como así llamaba Karl Marx a esta joven mujer de orígenes muy humildes, poco se sabe popularmente.

Definitivamente si nos enteramos de que un hombre el cual se llenó la boca hablando de expropiaciones y explotación capitalista tuvo una sirvienta a la cual nunca le pagó un sólo suelo, y que tras dejarla embarazada cobardemente hizo pasar por padre de la criatura a un amigo, en la cabeza nos repicará con un tintineo la palabra hipócrita. No estaríamos equivocados, ya que lamentablemente la vida de Helene fue demasiado triste.

Orígenes humildes

Nacida en una familia de Saarland un 31 de diciembre de 1820 (Saarland estado del oeste alemán que en español suele traducirse como Sarre. Su capital es la ciudad de Saarbrücken, famosa por su bello castillo homónimo). De joven comenzó a trabajar como criada de varias familias, algo muy común entre las mujeres de clase trabajadora de la época, ya que muchas veces la vida de criada ofrecía mayores comodidades y alimentos que los que sus familias podían ofrecer, hasta llegar a la casa de los Marx, con los cuales posteriormente se mudó a Londres.

La situación social de Helene Demuth no era muy buena, todo lo contrario, de hecho sus servicios no se pagaban con dinero, sino que, por órdenes del padre del comunismo, se le daba solo lo indispensable y un techo.

Ciertamente Helene vivía en una situación servil comparable a la de un sirviente liberto romano trabajando solamente por el techo y un plato de comida.

Fotografía de Karl Marx.
Karl Marx, el filosofo economista considerado como el padre del comunismo.

El hijo no reconocido de Karl Marx

Para el año 1851 -no se sabe si a partir de una relación consentida o de un abuso- Helene da a luz un niño, Frederick Demuth. Ante la sospechosa «casualidad» que naciera un niño a una mujer que prácticamente no tenía vida social todas las miradas cayeron sobre Marx, quien en vez de hacerse cargo obligó a su ricachón amigo, Engels, el mismo que pagaba sus vicios, a reconocer al niño como propio.

Los gulags: uno de los detalles más estremecedores del comunismo en el siglo XX fueron las prisiones políticas de trabajos forzados denominadas gulags. A estas iban disidentes de todo tipo, incluidos científicos e intelectuales: Sharashka los gulags para genios, de Vorkuta al centro de trabajos 7.

Poco se sabe de la relación entre ambos, ya que Karl Marx siempre negó rotundamente la paternidad. De todas maneras, gracias a una carta escrita por Louise Freyberger a August Bebel fechada en el año 1898, sabemos que Marx no solo no reconoció al joven, sino que además lo despreció y constantemente insultó.

Semejante secreto carcomería la conciencia de Engels, quien en su lecho de muerte, ya sin casi poder hablar, confesaría a Eleanor, la hija menor de Marx, la verdad sobre el origen bastardo de Frederick Demuth.

¿Qué es lo irónico de esto? Marx siempre deseó hijos varones, de hecho son sabidos los desprecios que propinó a su mujer durante el mismo parto al enterarse el sexo de sus hijas, llegando a decir en el nacimiento de la primera «Mi esposa dio a luz un bebé; desgraciadamente esta es una niña y no un niño»..