Los arcoíris
Un arcoíris además de ser un puente a los dioses en la mitología escandinava, una reconciliación tras una larga pelea entre viejos amigos para los greco-romanos y la ubicación de una olla de oro para los celtas, es un fenómeno meteorológico que tiene lugar cuando los rayos del sol atraviesan diminutas partículas de humedad en la atmósfera terrestre, dando como resultado un espectro de luz continuo.
De todas maneras, no todos los arcoíris son esos arcos multicolores que estamos tan acostumbrados a ver tras una lluvia de verano, hay algunos que realmente son tan enigmáticos como hermosos. He aquí algunos de los tipos más extraños:
Los arcoíris invertidos
Si bien estos halos no se clasifican enteramente como un arcoíris, visualmente es muy fácil confundirlos con uno invertido. Para formarse requieren que en las nubes existan cristales de nieve. Al chocar la luz solar contra estos la descomponen y la refractan como un diafragma.
Los arcoíris celestiales
En un principio fueron denominados «heavenly rainbows» por los pilotos pioneros en los primeros vuelos a gran altura. Su nombre celestial tiene una connotación religiosa, ya que estos eran muy diminutos, redondos y parecían estar encerrados dentro de las nubes como si fueran la corona de un santo.
Este tipo de fenómeno se forma cuando hay dos nubes con distintas densidades y temperaturas muy juntas una de otra, dando como resultado un arcoíris extremadamente diminuto y muy brillante.
Los arcoíris dobles
Si bien no tan comunes como los arcoíris simples los arcoíris mellizos suelen ocurrir con más frecuencia que los anteriormente mencionados. Su impacto visual no solamente es el ver los dos arcos formados uno arriba del otro, sino que además es visualmente notoria la inversión de colores (el de arriba siempre presenta los colores del inferior en orden invertido).
Aunque resulte sorprendente no lo es, ya que generalmente se forman varios arcoíris, pero la intensa luz solar los opaca dejándonos ver solo los más brillantes -es decir los que están directamente sobre la humedad-
Los arcoíris nocturnos
Uno de los más extraños es el arcoíris nocturno o lunar, formado por la luz que refracta la Luna. A diferencia del resto estos ocurren de noche y se caracterizan por su color marfil. Son opacos y generalmente se forman en los días de Luna llena -ya que la Luna refracta mucha más luz- y en los que la niebla es intensa -siendo la niebla la que aporta la humedad-.
Los arcoíris de fuego
Este tipo de arcoíris es quizás el más bello visualmente, ya que forma una especie de aurora multicolor en el cielo. Irónicamente los más bellos son los más raros. Ocurren solo en países de Europa del Norte y en las partes más frías de Canadá -si bien, aunque muy difícilmente, pueden llegar a ocurrir en otros territorios muy fríos-. Para formarse las nubes deben estar repletas de cristales de nieve, la luz solar debe ser tenue y llegar a los cristales con una inclinación de 58 grados. A su vez la formación de nubes debe ser del tipo cirrus.
Los arcoíris anillo
Todos los arcoíris son un círculo completo. Sin embargo, como generalmente estamos en un plano muy por debajo del en que se encuentra la humedad que lo origina, solo vemos un arco. Es por esta razón que muchas personas se asombran al ver un arcoíris desde un avión, ya que si observamos uno desde un plano espacial superior al de la humedad.
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