La taberna Hoshi Ryokan
La taberna Hoshi Ryokan abrió sus puertas en el invierno de los años 718. Con 1289 años esta empresa familiar no solo es rica en años, sino que además posee una historia asombrosa. Cuenta la leyenda que el Monte Hakusan, considerado como un dios para los japoneses, bajó a la pradera y allí le comunicó a un monje la existencia de una fuente natural de aguas termales (Japón tiene algunas de las mejores aguas termales del mundo).
Es así que el monje, entonces, le pidió un único favor el cual consistía en permitirle a su discípulo, Garyo Saskiri, construir una casa de descanso en las aguas de la fuente para utilizarla como medio de sustento. Desde ese entonces la familia del discípulo del monje, conocida en el área como Hoshi, corre el hotel. Increíblemente aún mantienen el apellido y el actual patriarca de la familia se llama Zengoro Hoshi.
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Onsen Keiunkan
Si bien se creía que Hoshi Ryokan era la empresa más vieja de Japón y de hecho del mundo, un grupo de investigadores buscando en los archivos imperiales japoneses descubrió que en Japón existe una empresa incluso más antigua. También un hotel de aguas termales. Esta es el Onsen Keiunkan, fundado hace más de 1300 años en el año 705.
La Pontificia Fonderia Marinelli
Esta fundición especializada en la creación de campanas abrió sus puertas los primeros meses del año 1000 en la provincia de Isernia, Italia, ofreciendo todo tipo de campanas para iglesias y conventos. Hoy en día con unos 21 empleados, de los cuales 5 son de la familia original, Pasquale Marinelli, un abogado de 70 años, se encarga de llevar la empresa familiar al día. Sus campanas son reconocidas mundialmente y el trabajo artístico es considerado como uno de los más impecables y detallados que se puede hallar. Tras un estudio realizado por el estado de Isernia se llegó a la conclusión de que hay campanas Marinelli en varias de las estructuras más emblematicas del mundo.
Curiosamente la empresa Marinelli estuvo a cargo de la construcción de la asombrosa escalera de caracol del Museo del Vaticano, una de las escaleras más impresionantes e imponentes del mundo. Hemos hablado de la misma en nuestro artículo sobre las escaleras más asombrosas alrededor del mundo.
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La bodega del Château Goulaine
El Château de Goulaine, en Francia, es la tercera empresa familiar más vieja del mundo. Con 1007 años de antigüedad desde hace más de un milenio que viene ofreciendo servicios de hospedaje y herrería a los viajeros. Los tiempos modernos han llevado a que diversifiquen su negocio y la familia Goulaine, que aún mantiene el castillo, ha fundado un concurrido museo con una de las colecciones de mariposas más raras del mundo. Entre otras fuentes de ingresos producen vino -negocio que vienen practicando desde hace siglos- y partes del castillo pueden ser alquiladas para celebrar bodas. De esta manera, los dueños logran pagar los altísimos costos asociados con mantener y reparar el castillo, los jardines y los territorios aledaños, los cuales requieren de cuidados extremos.
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Barovier e Toso
Barovier e Toso fue fundada por la familia Barovier en el año 1291 en Murano con la intención de ofrecer lámparas de calidad a la gente pudiente de la región del Norte de Italia. Sus cristales, famosos por su pureza y la calidad de los acabados, han adornado algunos de los edificios más famosos de Venecia y de toda Italia durante siglos. Según se cuenta mientras dominaba militarmente Venecia, el mismo Napoleón quedó encantado con la calidad de las lámparas por lo que personalmente realizó un encargo de varias piezas que hoy pueden ser encontradas en los palacios parisinos. En el presente la cristalería además de producir cristales de lujo por medios tradicionales también posee un museo dedicado a la cristalería con una de las colecciones más raras del mundo.
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Aceites Barone Ricasoli
Por el año 1141 abría en Siena, Italia, una vinatería y una pequeña fábrica de aceite de oliva, las cuales se surtían de los productos cosechados en las tierras de los Ricasoli. Esta línea de nobles cuyas posesiones se encontraban en Florencia, con la caída del sistema feudal, se dedicó completamente a la producción de vinos y aceites de calidad.
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Nota al margen: Me llamó la atención y realmente me alegró que todas tengan páginas en Internet. Realmente un símbolo de la adaptación a los nuevos tiempos y de vitalidad en estas empresas tan maravillosas y antiguas.