Durante la época victoriana una moda descabellada cautivó a la aristocracia británica: reunirse para desenrollar momias egipcias saqueadas de sus tumbas.
Durante todo el siglo XIX se utilizaron perros criados para impulsar todo tipo de maquinarias. Desde mecanismos para la cocina hasta máquinas de coser.
William "Crocky" Crockford fue un as de las cartas del siglo XVIII nacido en la miseria que estafo a la aristocracia y nobleza londinense con sus trucos.
En la Inglaterra victoriana existía un arte marcial practicada con los bastones de los caballeros, el bartitsu, la cual fue popularizada gracias a Sherlock Holmes.