Tras la caída de la Unión Soviética el dictador megalómano Saparmurat Niyazof asumió como líder de Turkmenistán y ordenó construir palacios de hielo y estatuas de oro en su honor.
Al caer la Unión Soviética miles de ucranianos destruyeron las estatuas del comunismo y las arrojaron al mar, formando así un coral de estatuas sumergidas.