Robert Capa y sus fotografías del Dia D y la Guerra Civil

Robert Capa, uno de los fotógrafos más icónicos del siglo XX. Gran parte de su archivo fotográfico del Dia D se perdió por un accidente de laboratorio a causa de la inexperiencia de un ayudante novato.

Robert Capa, el fotógrafo de la historia

Robert Capa, de origen húngaro, es reconocido como uno de los mejores fotógrafos y corresponsales de guerra del siglo XX. Desde la Guerra Civil Española, donde capturó la «Muerte de un miliciano», pasando por la guerra Segunda guerra sino-japonesa, la Guerra árabe-israelí de 1948, hasta la destrucción de Berlin entre otros. Es muy posible que sin saberlo hayas visto su obra cientos de veces, ya que tomó algunas de las fotografías más emblemáticas e icónicas de la Historia.

Su talento y su valor eran tales, de hecho Chttps://www.meneame.net/m/cultura/asistente-laboratorio-novato-destruyo-error-mejor-archivo-dia-dapa se metía entre los soldados en medio del combate, que el Comando Aliado lo autorizó para tomar las fotografías del desembarco en Omaha, durante la Batalla de Normandía.

Para que entendamos la dimensión de esto, era húngaro, y Hungría era parte del Eje, por lo que para el mando aliado y a pesar de ser judío y perseguido por los nazis Capa era ante todas las cosas un «ciudadano enemigo», y la invasión a Normandía era crítica y se mantenía en el máximo secreto. No obstante, su talento y coraje eran tales que así y todo lo enviaron a capturar con su cámara el desembarco cómo fotógrafo para la revista LIFE. Después de todo, su lema era «Si tus fotos no son buenas, es que no estás cerca»

Fotografías del Dia D.
Diez de las Once Magníficas, las únicas fotografías de la invasión a Omaha tomadas por Robert Capa que no fueron destruidas.

Y así lo hizo, el valiente fotógrafo se subió a una de las lanchas de desembarco, sobrevivió a la artillería que destruyo a varias de las lanchas antes de que toquen tierra en la Playa de Omaha, sobrevivió a las ráfagas de ametralladora que venían desde los búnkers alemanes, a las minas, al fuego de morteros y a los francotiradores alemanes todo mientras tomaba fotografías con sus dos cámaras Contax II y lentes de 50 mm de la acción aconteciendo a su alrededor. En total tomaría 106 fotografías.

Si bien hubo otros fotógrafos, la importancia de Capa es que éste desembarcó con la primera ola junto a la Compañía E del Regimiento de Infantería 16 de la 1ra División, lo que le permitió capturar el momento más intenso y cruento de la batalla.

En comparación, ninguno de los fotógrafos de la Agencia AP pudo desembarcar con la primera ola, y el otro fotógrafo de LIFE, Bob Landry, desembarcaría en una playa no muy defendida. Los fotógrafos restantes irían con el General Patton o con la fuerza aérea.

Pero lo peor, incluso peor que las balas y granadas alemanas pasando a centímetros de su cuerpo durante el Día D, llegaría más tarde, cuando un asistente de laboratorio de sólo 15 años de edad llamado Dennis Banks contratado por la revista Life por unos pocos dólares en Londres tomara tres y medio de los cuatro rollos entregados por Capa, configurara mal el secador de la plancha de negativos derritiendo los mismos en el proceso.

Sólo 11 fotografías sobrevivieron, este juego fotográfico se conoce hoy con «Las Once Magníficas». Curiosamente, Capa se apiadó del joven y nunca le dijo nada a sus jefes en Lóndres.

Algunas fotografías de Robert Capa

Sperlinga, 1943.
Fotografía de Robert Capa.
Los aliados entran a Sperlinga, Sicilia.
La muerte de un miliciano, 1936.
Fotografía de Robert Capa.
La muerte de un miliciano, 1936.

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