Viaje a través de lo imposible (1904), el primer corto de ciencia ficción

Si bien Metropolis se considera como la primera película de ciencia ficción, existió un corto anterior: Viaje a través de lo imposible, filmado en 1904.

Pioneros de la ciencia ficción

Si bien la mítica Metropolis es considerada como la primera película de ciencia ficción, propiamente dicha, ya que fue una película del cine mudo de tiempo completo, existió un cortometraje de ciencia ficción muy anterior. El mismo fue producido y filmado en 1904, unos escasos 16 años después de que se filmara la primera película en la Historia (la cual dura unos pocos segundos) y se llamó Le Voyage à travers l’impossible, o en español, Viaje a través de lo imposible.

El sol animado de la película.
El sol animado de la película. Animar a los astros con rostros era algo muy normal en las películas pioneras del cine mudo.

No obstante, tanto Metropolis como Viaje a través de lo imposible no fueron las primeras obras de ciencia ficción, y de hecho la ciencia ficción es mucho más antigua. No hablamos de Julio Verne ni de Cyrano de Bergerac, quienes escribieron acerca de viajes a la luna siglos atrás, sino de un escritor romano llamado Luciano de Samosata quien en el siglo II, durante el imperio del emperador filósofo Marco Aurelio, escribió un libro llamado Historia Verdadera el cual es hoy en día considerado como la primera obra de ciencia ficción en la historia y en efecto una de las obras más pioneras

Viaje a través de lo imposible

El director de cine pionero Georges Méliès fue un parisino que a principios del siglo XX se convirtió en uno de los mejores innovadores tanto narrativa como técnicamente del naciente séptimo arte -ahhh, aquellos tiempos cuando el cine era puramente arte y no una fuente de inagotable dinero-.

En fin, de todas sus películas, hay dos que me fascinan. Voyage à travers l’impossible, producida en 1904 por la compañía francesa Star Film, y que pasaría a la historia no sólo por ser una de las primeras películas de ciencia ficción. Sino que además resultaría todo un desafío técnico, ya que su duración excedería los 20 minutos -unas cinco veces la duración promedio de una película de la época-.

Pero lo que realmente me vuela la cabeza es el argumento, ya que el mismo se basa a partir de una sociedad geográfica que decide viajar a través del mundo. Tengamos en cuenta que en esos tiempos las Terrae incognitae, plagadas con sus seres espectaculares y civilizaciones perdidas, aun se consideraban como algo posible. Sin duda alguna, un «universo alterno» en el cual me hubiese fascinado existir.

Su extensa duración, sin embargo, no es un capricho Méliès, sino que se debe a que esta es una de las primeras películas donde el objeto de la misma no es el mostrar la novedad de las «imágenes vivientes», sino el presenciar la historia relatada a través de un medio cinético -es decir la película-.

La versión que hemos incluido es distinta de la versión original, y se trata de una versión un tanto posterior en la cual los fotogramas fueron pintados a mano, efecto tan «psicodélico» del color del film. Se trata a su vez de una de las primeras ‘colorizaciones’, lo que le agrega un considerable valor histórico..

Como detalle colorido, presten atención a las bandas sonoras de ambas películas, y la manera que tenían de «reciclar» partes reconocibles de piezas musicales clásicas y populares de la época -en especial la música de cabaret, una de las «pasiones» de Méliès-. Recordemos que los cabarets de la época eran prácticamente espectáculos circenses.

Otras obras de Méliès

Santa Claus (1898), filmada junto a otro gran pionero del cine, G.A. Smith Sr., esta es considerada como la primera película navideña en la historia. La misma además fue una de las primeras películas en utilizar efectos especiales de superimposición. Puedes ver está película y leer sobre su historia siguiendo este enlace: La primera película navideña en la Historia, Santa Claus de 1898.

Affiches en goguette, una gran joya de los inicios de los efectos visuales como parte de la narrativa en el cine.

Le Monstre (1903), en la cual vemos la epopeya de un príncipe egipcio que, dolido por la muerte de su esposa, viaja hacia la Gran Esfinge con el fin de pedirle a un derviche ver a su esposa nuevamente. Pero el derviche, como todo brujo malvado, tras revivir a su esposa sólo le permitirá verla por unos breves segundos. Incrementando aun más el dolor del pobre príncipe.

Le Locataire Diabolique (1909), la cual nos cuenta la historia de un hombre que tras alquilar un apartamento (de allí el nombre de la película) decide «redecorar» de una manera muy particular:


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