John Stapp, la bala humana. El hombre que midió los límites humanos

Paul Stapp fue un cirujano que donó, en vida, su cuerpo a la ciencia para determinar los efectos de la desaceleración y la velocidad en el cuerpo humano.

John Stapp, la bala humana

Algunos de los eventos más interesantes de la carrera espacial y aeronáutica del siglo XX fueron los experimentos realizados para determinar los límites humanos. Tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos realizaron todo tipo de experimentos de este tipo. Los mismos iban desde arrojar pilotos de pruebas desde el borde del espacio, hasta determinar qué niveles de aceleración podía soportar el cuerpo humano.

Esto último, quedo inmortalizado en las fotografías tomadas al cirujano John Paul Stapp, quien a finales de las décadas de 1940 y 1950 donó en vida su cuerpo a la ciencia para estudiar y determinar los efectos de velocidades supersónicas, aceleración y desaceleración sobre el cuerpo humano.

Sus estudios comenzaron en 1947, cuando la creencia de «la barrera de los 18g» era considerada una prácticamente una ley. Esta barrera, hacía referencia al límite de aceleración o desaceleración que el cuerpo humano podía soportar antes de que colapsen sus órganos. Sin embargo, Stapp probaría la falsedad de la misma. De hecho, llegaría a los 46,2g, convirtiéndose en «El hombre más rápido del mundo».

Fotografía de John Stapp y su equipo.
John Stapp siendo preparado para una de sus pruebas supersónicas en el Sonic Wind I.

Para esto utilizarían distintos vehículos especialmente preparados para la misión, siendo el Sonic Wind I y más especialmente el «El desacelerador humano» los más importantes. El último de los mencionados, fue un vehículo de 648 kg montado sobre una vía de 610 metros, que gracias a una serie de cohetes en su parte trasera y un freno mecanismo de múltiples etapas lograba acelerar y desacelerar el vehículo a distintas intensidades.

En la serie de imágenes que podemos ver más arriba vemos como Stapp reaccionó durante las pruebas. En la primera imagen, tomada antes de la prueba, lo notamos calmo, pero luego vemos como reacciona cuando es expuesto a una enorme aceleración producto de la reacción a cohete y luego a una enorme desaceleración producto del sistema de frenos activo del trineo en el cual iba montado.

Uno de los focos principales de la investigación realizada por Stapp y sus colegas, consistió en mejorar las condiciones de supervivencia de los asientos de eyección en los aviones de combate alta velocidad.

Gracias a los estudios realizados por Stapp se lograron desarrollar sistemas y mecanismos de supervivencia a las desaceleraciones como el HANS, utilizado por los pilotos de carrera para proteger el cuello y la cabeza. El piloto Kenny Bräck sobrevivió a una desaceleración de 214g en el año 2003 gracias a este dispositivo.

Fotografía del equipo técnico de John Stapp.
El personal técnico de John Stapp durante una de las primeras pruebas de sus primeras pruebas de desaceleración.

A lo largo de sus investigaciones, Stapp sufrió roturas de huesos y hasta un doloroso desprendimiento de retinas, pero valió la pena ya que Stapp demostró que un humano era capaz de soportar de frente una aceleración de 46g (récord que lograría el 10 de Diciembre de 1954 con la Sonic Wind) sin sufrir consecuencias mayores en su físico y sistema neurológico.

Fotografía de Paul Stapp.
Stapp montado en uno de los varios vehículos utilizados para las pruebas

Los datos obtenidos sirvieron para dar forma desde las siguientes generaciones de asientos de eyección hasta en la construcción y diseño de los marcos para choques en automóviles. Los hallazgos servirían además para mejorar el diseño de los cinturones de seguridad, desarrollando el sistema de cinturones extensibles con los que contamos hoy en día.

El piloto que experimentó 40g involuntariamente

Uno de los eventos de desaceleración más intensos registrados tuvo lugar conun F-15 Eagle, en la cual tras desorientarse el piloto experimentaría en primer lugar a una fuerza de 15 a 20g durante 3 segundos y luego, en menos de 5 segundos, debería experimentar una fuerza cercana a los 40g.

Según los oficiales militares que analizaron las grabaciones de las comunicaciones entre el piloto y los controladores aéreos, es realmente impresionante escuchar el sufrimiento del piloto en los segundos finales. Por fortuna pudo recobrar el mando de la nave antes de estrellarse.

El vehículo de tierra más rápido del mundo

LA pista de rieles de alta velocidad diseñada por Stapp fue posteriormente utilizada para construir y probar el vehículo de tierra más rápido del mundo. Construido por la NASA este trineo deslizante impulsado a cohete (no tenía ruedas sino una base similar a dos perfiles U) alcanzó una velocidad de mach 8,5 es decir, unos 10.325 kilómetros por hora en la Base Holloman.

Hemos escrito un artículo en detalle el cual incluye videos de las pruebas. Puedes seguir este enlace para verlo.