La cueva Flauta de caña en China, el bello palacio de arte de la naturaleza

La cueva Flauta en Guangming, China, es una de las formaciones naturales más espectaculares de la Tierra. Un palacio formado por millones de estalactitas.

Años atrás habíamos hablado sobre la Cueva de los Cristales en México, una de las vistas más singulares del planeta. Hoy es el turno de los palacios de cristal Chinos, cuevas que, si bien no resultan ser ni tan singulares ni tan únicas como las anteriores, son en mi opinión otro de los tantos paisajes «extraterrestres» que podemos visitar en la Tierra sin necesidad de pedirle prestado el Enterprise a Kirk.

Interior rocoso de la cueva Flauta en China.
Podemos ver el techo iluminado de la cueva reflejándose en el agua que inunda el piso de la misma.

En las cercanías de los puntos mínimos de la colina de Guangming, en el noreste de China, existen infinidad de cuevas de carso, formaciones geológicas naturales cuyos intrincados y pintorescos relieves son el producto de la meteorización de las rocas de piedra caliza y dolomía durante el pasar de cientos de miles de años. Básicamente, y en palabras simples, los carbonatos presentes en este tipo de rocas se diluyen dejando como resultado impresionantes relieves, estructuras y columnas. De todas éstas es la cueva denominada como la cueva flauta de caña la más espectacular, al punto que hoy se la apoda como el Palacio de arte de la naturaleza.

No todas las formaciones minerales de este tipo tardan milenios, ya que existen casos muy particulares en los cuales el proceso es mucho más rápido. Por ejemplo, existen minas abandonadas en las cuales la combinación de agua con altos contenidos minerales y el frío extremo permanente llevan la formación de estalagmitas y estalactitas en unas pocas décadas e incluso años.

La cueva fue nombrada de esta manera, es decir cueva flauta de caña, debido a las columnas naturales dentro de la misma, cuyas formas tienen una reminiscencia visual notable con dichos instrumentos musicales. Instrumentos antiguos y muy importante en la cultura china.

El nombre de la caverna es centenario, y tuvo su origen debido a que los habitantes del pueblo cercano de Guilin, hoy día convertido en una metrópolis, creían que las distintas estalactitas y estalagmitas encontradas de a miles en la caverna podían, en manos de un artesano prodigioso y un tanto brujo, crear flautas cuya música poseyera poderes sobrenaturales.

La caverna fue abierta al turismo a inicios de la década del 60, y esto por desgracia ha resultado en extremo contraproducente ya que muchos turistas suelen llevarse de recuerdo rocas de la caverna o arrojar basura en la misma. De todas maneras el turismo hacia esta maravilla natural no es algo nuevo, en las paredes de sus grutas pueden llegar a encontrarse inscripciones que se remontan a la dinastía Tang.

Una de sus grutas, conocida como el Palacio de cristal del rey dragón, en alusión a una vieja historia de la mitología china, llegó a ser convertido en un improvisado refugio anti-bombas durante la Segunda guerra mundial en el cual se guarecieron los pobladores de Guilin de los varios bombardeos japoneses en la región.

Interior rocoso de la cueva Flauta en China.
Vemos unas de las tantas columnas naturales formadas en la cueva junto a las millones de estalactitas que la componen.

De todas maneras, si de iluminación natural hablamos, nada supera a la cueva de Waitomo en Nueva Zelanda, cuyo brillante techo o boveda está compuesta ni más ni menos que de millones de gusanos bioluminiscentes. Estos gusanos luminosos forman un paisaje surrealista, el cual puede llegar a darnos la impresión de estar viendo algo que no parece natural. No obstante, esta cueva y sus habitantes son el producto de millones de años de evolución especializada. Uno de los espectáculos más bellos que la naturaleza puede ofrecer.

La bioluminiscencia a gran escala en la naturaleza es poco común. Sin embargo, existen lugares como la anteriormente mencionada cueva de Waitomo y la bahía bioluminiscente de la isla de Vieques, bahía cuyas playas son iluminadas por las noches por miles de millones de microorganismos luminosos, en los cuales la bioluminiscencia a gran escala tiene lugar.

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