Puckle Gun, la ametralladora que disparaba balas cuadradas

La ametrallador Puckle Gun del siglo XVIII fue creada con una singular particularidad: balas redondas para protestantes y balas cuadradas para musulmanes.

La revolución armamentística del siglo XVIII

Durante el siglo XVIII y el XIX las nuevas tecnologías fabriles de la revolución industrial llevaron a una revolución armamentística no vista desde la introducción de la pólvora y los cañones en Europa desde China a través de Medio Oriente. Uno de estos tipos de armamentos que cambiaron por completo fueron las armas de repetición. Hoy veremos una de las ametralladoras más llamativas en la historia bélica.

La Puckle Gun y sus balas cuadradas

James Puckle era un inventor británico especializado en municiones y armas a repetición de principios del siglo XVIII. Su mayor invención, la Puckle Gun, se trataba de un arma a repetición estática capaz de lanzar 9 balas por minuto -nada en estándares actuales pero toda una hazaña en el siglo XVIII, donde un mosquetero experimentado podía llegar a tardar más de un minuto en cargar y disparar su mosquete.-

A pesar de la efectividad de su invento, Puckle se encontraría con varios obstáculos a la hora de presentar su arma y ganar clientes. Desde los que la consideraban extremadamente cruel y poco caballeresca, hasta los que la veían como algo incierto.

Patente de principios del siglo XVIII de la Puckle Gun.
Patente de principios del siglo XVIII de la Puckle Gun. Detalle del sistema de montaje y el cartucho rotativo para almacenar las balas y la pólvora. Vemos que en la misma el arma se promociona como una temperamental para «defender la causa protestante».

Plagado de deudas y con sus inversores a punto de estallar, Puckle ideó un descabellado plan de publicidad: Su arma variaba de munición dependiendo del enemigo. Redonda y menos dolorosa si el enemigo se trataba de protestantes, o una cuadrada y más dolorosa si el enemigo se trataba de católicos o de musulmanes.

En esa época, en Inglaterra se intentaba purgar todo rastro católico del Reino Unido; mientras que las fuerzas otomanas eran realmente poderosas, y los reportes de su crueldad causaban un gran rencor en las fuerzas de occidente. Por lo que Puckle, siempre alerta a sacar tajada, vio una gran oportunidad al rededor de esto.

Armas excéntricas: en el pasado se vieron infinidad de armas excéntricas, uno de los mejores ejemplos son las punt guns. Escopetas hechas por cazadores furtivos de patos que, para cazar la mayor cantidad de patos en el menor tiempo posible con el fin de evadir a las autoridades, fabricaron escopetas gigantescas denominadas punt guns de 90 kilos y 3 metros de largo.

La intención de Puckle, no obstante, no era la de crear un arma sádica, sino el convencer a los compradores que su arma no era «tan cruel» cuando se utilizaban balas redondas, de esta manera derribando uno de los «mitos» que impedían su venta. En conjunto a esto le cambiaría el nombre a «Arma de defensa de Puckle,» intentando darle un nombre más pasivo.

Detalle del sistema de montaje y el cartucho rotativo para almacenar las balas y la pólvora.

Por desgracia, para nuestro inventor claro, el nuevo nombre y la nueva estrategia de venta no funcionarían a la hora de atraer clientes, e irónicamente se diría a posterioridad que el arma de Puckle «solo ha lastimado a sus inversores.»

En el gráfico podemos ver la tercera especificación del arma entregada a la oficina de patentes, donde se observan el cargador para balas redondas y el cargador para balas cuadradas. Y de hecho, vemos que se aclara: «Defender al REY JORGE su PAÍS y LEYES / Es defenderse a UNO y a la CAUSA PROTESTANTE».

En la siguiente imagen podemos apreciar el fino trabajo de maquinado realizado para fabricar el tambor y el barril de esta singular arma a repetición.

Vemos la Puckle Gun con el cargador rotativo ya ensamblado con el barril.
Vemos la Puckle Gun con el cargador rotativo ya ensamblado con el barril.

Si bien al principio de este artículo mencionamos a los siglos XVII y XIX como los siglos en los cuales se llevó a cabo una carrera armamentística sin igual, el medioevo también bien armas fuera de lo común y extremadamente llamativas. Un ejemplo de esto es el Mons Meg, el cañón medieval más grande de todos. Un cañón diseñado específicamente para destruir y derribar castillos ingleses.