Las minas nucleares de la Guerra Fría, el proyecto Blue-Peacock

Durante la Guerra fría una de las estrategias más escalofriantes fue el proyecto Blue-Peacock: la construcción de minas nucleares.

Los planes de la Guerra fría

A mediados de la década del 50 la tensión entre Occidente y el comunismo escalaba sin lograr alcanzar un aparente punto estacionario. La URSS construía una de las mayores maquinarias bélicas de la historia y Alemania, que estaba dividida como trofeo de guerra entre ambos poderes, era la pieza central de un tablero de ajedrez nuclear.

Si bien en el lado Occidental de Alemania la reconstrucción del país organizada por el Reino unido y Estados Unidos estaba dando sus frutos y como resultado estaba generando un centro industrial casi del tamaño pre Segunda Guerra Mundial, en el lado Soviético Alemania permanecía en un estado patético. Esto convertía a Alemania Occidental en el punto estratégico más importante de la Guerra Fría.

Ya que si bien era viable para la URSS bombardear locaciones lejanas como los complejos industriales en el continente Americano, la cercanía con Alemania Occidental y el control de dicha infraestructura era algo que simplemente no se podía dejar de lado. Por esta razón los estrategas militares de Occidente establecieron que en caso de que estallase un conflicto a gran escala los Soviéticos no atacarían con armamento nuclear a Alemania, sino que harían una invasión terrestre monumental con el fin de capturar para si mismos la zona.

Fotografía del interior de una de las minas nucleares.
El proyecto Blue-Peacock buscaba la manera de enterrar minas nucleares en suelo alemán para frenar un avance soviético. La solución para mantenerlas sin que las computadoras se congelen: encerrar gallinas dentro de las mismas.

Tristemente este proyecto, por más insano que nos parezca en el presente, fue uno de los tantos proyectos de los denominados como de «destrucción total» planeados durante la guerra fría. Donde las doctrinas de tierra arrasada estaban a la orden del día y a veces a nivel continental con tal de negar recursos y victorias a los enemigos.

El proyecto Blue-Peacock

Ante esta posibilidad nace el Proyecto Blue-Peacock, el cual era ni más ni menos que un recurso extremo de último momento para evitar que la industria alemana occidental caiga en manos enemigas, y consistía en el desarrollo y despliegue de minas nucleares de 10 kilotones.

La idea era, que en caso de que los aliados fueran forzados a abandonar el área y su sistema de lanzamiento de misiles destruido en una guerra nuclear, que la única área industrial del mundo en pie fuera inutilizable a los soviéticos al no saber estos la ubicación de las minas nucleares. Muchos conceptos fueron considerados sin embargo se optó por un encapsulado esférico de acero de más de 6 toneladas envolviendo un núcleo de plutonio rodeado por un conjunto de detonadores.

Y las gallinas

Todo marchaba perfectamente, hasta que el gélido suelo germano se hizo presente y se descubrió que las minas nucleares, una vez enterradas, serían inutilizadas por el frío al dañar los sistemas electrónicos. Si bien se presentaron muchas soluciones la más bizarra y extravagante fue la de utilizar gallinas vivas dentro de la bomba las cuales, empleando un sistema automático para alimentarlas, generarían calor corporal y mantendrían a la bomba en funcionamiento.


Más sobre armas nucleares

Explosiones nucleares espaciales

Nagasaki antes y después

Fotografías de explosiones nucleares tomadas al milisegundo de las mismas

La Tsar Bomba