La astronomía de las civilizaciones antiguas y el estudio de los cielos

La astronomía de las civilizaciones antiguas es fascinante y rica: de la Mesopotamia y Egipto a Grecia, Roma, los hebreos y China.

La astronomía en las civilizaciones antiguas

Es realmente interesante observar cómo el estudio del cielo varió y se transformó con la esencia y creencias de cada pueblo, ciertamente la astronomía en las civilizaciones antiguas es tan ancestral como diversa y variada en sus métodos. Desde los hebreos, quienes atribuían los fenómenos astronómicos a los designios de Dios, pasando por los egipcios quienes se debatían entre la razón y la religión y culminando con los griegos para quienes la razón y la lógica, de la mano de las matemáticas, se convertían en las herramientas perfectas para develar los misterios del cosmos (aunque, y a pesar de su rigurosa lógica, en muy contadas ocasiones los griegos también solían introducir a sus dioses en la astronomía).

La astronomía en la Mesopotamia

Dentro de la Mesopotamia los babilónicos estaban tecnológicamente mucho más avanzados que sus competidores. De hecho su avance tecnológico era tan elevado que la calidad y complejidad de los equipos utilizados por estos hacía rivalidad a los empleados mucho tiempo después por los Griegos, con equipos muy similares al gnomon, la clepsidra, y el polos.

De manera llamativa su estudio de los cielos era empírico, realizando anotaciones matemáticas de todo lo observado -matemática que heredaron y continuaron de los sumerios-, y su realizando varios análisis extremadamente analíticos -lo que los separaba de sus extremadamente supersticiosos vecinos-. Gran énfasis se encuentra en sus estudios sobre la «naturaleza errática» del movimiento planetario.

Fotografía de una tabla de arcilla babilónica.
Tableta babilónica ilustrando la enseñanza de la astronomía y los mapas de estrellas en Babilonia. La astronomía sumeria es uno de los ejemplos más antiguos de la astronomía de las civilizaciones antiguas

Efectivamente, su mayor área de investigación, consistía en poder predecir la periocidad del desaparecer de los astros en el cielo y establecer las estaciones planetarias -muy posiblemente con el fin de construir mejores horóscopos-. Tanto avanzaron en este campo que fueron la primera civilización en poder predecir la ubicación de un planeta a futuro matemáticamente. De hecho, el estudio de las tablas de arcilla de escritura cuneiforme que legaron, permite saber que pudieron solucionar los problemas de alteración del movimiento en ciertos astros erráticos.

La Tierra estaba representada con una gran montaña rodeada por agua y cubierta por la bóveda celeste. La bóveda no estaba formada por aire, sino que era sólida y los picos más altos de la Tierra la sostenían.

La matemática de la Mesopotamia: además de estudiar los cielos, los mesopotámicos tenían una matemática muy avanzada. Lo más fascinante es que su matemática sigue influenciándonos a cada segundo, ya que de su sistema de numeración en base 60 (es decir utilizaban 60 dígitos para contar) se desprenden los sesenta minutos de la hora y los sesenta segundos del minuto. Si lo deseas, puedes aprender a contar como lo hacían en la antigua Mesopotamia: Los números sumerios y los babilonios.

La astronomía de los egipcios

La principal utilización de la astronomía en Egipto se basaba en la división del tiempo. Ya desde el año 3.000 a.C. dividían el año en 360 días el cual, a su vez, se dividía en 3 estaciones que se repartían en 12 meses de 30 días. Para solucionar los problemas de desfase, por las diferencias entre el Sol y la Luna, de las estaciones con respecto al calendario, 5 días «aparte» eran agregados periódicamente.

Los decanos, constelaciones que servían para dividir el tiempo, dividían el año en 36 décadas -no décadas de 10 años sino que estos eran períodos similares a las casas astrológicas de los demás calendarios-. Es notable como la esencia de una civilización influye en su astronomía. Los Egipcios magnos pero más preocupados por el arte y el esplendor visual, quedarían ampliamente relegados por sus vecinos quienes tratarían de hacer un análisis más exacto y matemático del firmamento.

Imagen de un papiro astronómico egipcio.
Papiro egipcio detallando el estudio de los cielos. Podemos decir que de entre la astronomía de las civilizaciones antiguas, la astronomía Egipcia combinaba de manera igual la ciencia con sus creencias religiosas.

Si bien el legado escrito no es muy amplio el arquitectónico nos deja una clara idea de que su astronomía estaba extremadamente avanzada. Las pirámides, por ejemplo, cuyas caras se orientan cada una a los cuatro puntos cardinales, los palacios que apuntan a constelaciones específicas, etc.

Una civilización sin igual: el estudio de los cielos en la civilización egipcia fue tal que estos constantemente incluían en sus templos y tumbas todo tipo de curiosidades astronómicas. Por ejemplo, en el templo de Abu Simbel, una habitación se iluminaba al alinearse con el sol solamente durante el cumpleaños del faraón Ramses II. Cuando el templo debió ser trasladado piedra a piedra a mediados del siglo XX por ingenieros de todo el mundo a causa de la construcción de una represa, cuando estos intentaron reconstruir la habitación no lograron hacerlo con la misma precisión de los antiguos egipcios.

Su estudio primordial se basaba en comprender algunos fenómenos como el crecimiento del Nilo, río en el cual habían notado una periocidad en sus desbordes. Esto les permitía coordinar sus cosechas y abandonar el área antes de que se produjera dicha catástrofe. Los escribas, principalmente, eran los astrónomos encargados de anotar todo tipo de avistamientos y observaciones estelares. Sabemos que para ayudarse utilizaban un merkhet, una especie de compás estelar que permitía observar las estrellas y determinar la hora de noche.

Esto era muy importante, ya que requerían una gran precisión para saber cuándo, y cuándo no, realizar su gran cantidad de rituales. Para representar a las deidades en diferentes constelaciones, las cuales al ocupar un vasto territorio, se movían por el firmamento anunciando cuando cierto ritual debía ser practicado. No obstante, el gran tamaño asignado a cada constelación dificultaba inmensamente su medición. Siendo esta la principal diferencia entre la medición matemática de sus contemporáneos Sumerios y la medición errónea e inexacta de los Egipcios.

Algo llamativo es que mientras que los cielos representaban a distintos Dioses -Nut, era la Diosa que formaba el cielo, Shu el aíre y el Sol y la Luna navegaban en una barca a espaldas de Nut- la Tierra no representaba el cuerpo de ningún Dios -aunque algunas anotaciones traen conflictos mencionando a Qeb como el que daba forma a la Tierra-. Por ende no tenían ninguna teoría que relacionara a los planetas con el resto del firmamento.

El texto matemático más antiguo: la influencia egipcia en los inicios de la ciencia ha sido prácticamente sin paralelo al punto que el texto matemático más antiguo que se conserva es de origen egipcio: el papiro de Rhind.

Por último, los egipcios también creían que la tierra era simplemente un montón de rocas rodeadas de una gran masa de agua.

La astronomía de los hebreos

Las estrellas y los planetas, a diferencia de las civilizaciones científicas del pasado, no se mueven por fenómenos matemáticos sino que son guiadas por el Dios quien les marca periódicamente sus caminos. También los fenómenos naturales como el viento, las tormentas severas y la luz son herramientas utilizadas por la deidad para administrar el mundo. Esto hacía que el cielo requiera mucho espacio, para poder guardar cómodamente todo lo que en él habitaba, por lo que el cielo estaba compuesto de diferentes niveles para almacenar la lluvia, los vientos y los demás fenómenos.

La estructura más grande del universo: la estructura más grande del universo es un colosal gran grupo de cuásares (LQG) de 4 mil millones de años luz de extensión. Puedes ver sus imágenes y leer la historia de su descubrimiento siguiendo este enlace: Grandes grupos de cuásares, las estructuras más grandes del universo.

Lo anterior, es decir la mirada todopoderosa de Dios involucrado en todos los aspectos de la naturaleza y el hombre, llevó a que los hebreos no se preocuparan mucho por la investigación analítica de los astros sino que, al contrario, recurrirían a la religión para explicar los acontecimientos celestes, todos y cada uno, subordinados a un Dios omnipotente.

La astronomía de la China antigua

Esquema de las constelaciones en la antigua China.
Mapa del cielo de la antigua China.

Si bien los chinos estaban avanzados en muchos campos de la ciencia, como por ejemplo la química, algo que les permitió desarrollar la pólvora primero que cualquier otra civilización, la astronomía en China se practicaba principalmente con fines esotéricos. Su deseo era, mediante el estudio de los planetas, poder predecir los acontecimientos futuros del reinado dinástico. No obstante, la utilidad principal era la de organizar su calendario el cual dependía fuertemente del sol y de la luna, presentando ciclos bisiestos cada 19 o 20 años para eliminar el desfase entre ambos astros.

Tanta atención ponían a dichos astros que gracias a unas tablillas notarias que datan aproximadamente de unos 4 mil años, sabemos que dos astrónomos, Hi y Ho, fueron condenados a una muerte dolorosa a causa de no poder predecir un eclipse solar. Para el estudio de los astros utilizaban anillos, relojes de agua -equivalente a los que los griegos denominaban Clepsidras- y principalmente un elemento análogo al gnomon helénico.

El hecho de que los planetas tengan nombres propios nos dice que no los trataban como seres inanimados sino como entidades vivientes y su estudio estaba preso a sus caprichos -manera con la que explicaban el movimiento errático de algunos de los astros-. También, y esto se refleja en los señores feudales que reinaban los territorios, utilizaban los astros para explicar su sociedad. Por ejemplo el polo, que además daba paso al cálculo del Año Nuevo, simbolizaba al rey, ya que dentro de si tenía origen la sociedad -y en el caso del polo el mundo-.

Otra de las aplicaciones de la astronomía en la cultura china fue la creación de horóscopos. En muchas culturas antiguas se utilizaban horóscopos con fines médicos para diagnosticar a los enfermos. Por ejemplo, en Europa durante el medioevo, los médicos medievales estaban obligados por ley a llevar consigo horóscopos para diagnosticar a sus pacientes. Quizás uno de los detalles más aterradores de la astronomía de las civilizaciones antiguas.

Algo muy interesante es que los chinos tenían una leyenda, basada en teorías erróneas, que decía que cada 23 millones de años los planetas se alineaban entre sí, trayendo serias consecuencias a la vida de los seres. Sin embargo, quizás lo más interesante, es su manera de dividir el ecuador en 28 casas resultando un número de 284 constelaciones, las cuales, a su vez, se dividían en pequeños símbolos estelares.

Ilustración japonesa del astrónomo chino Wu Yong. En la ilustración de este astrónomo. En la misma puede observarse la importancia que tenían las esferas armilares en la astronomía antigua:

Ilustración antigua japonesa del astrónomo chino Wu Yong.

La astronomía de la antigua Grecia y el mundo helénico

Con Grecia llegamos por primera vez al estudio del cielo de manera científica, es decir, el estudio más avanzado de los cielos en la astronomía de las civilizaciones antiguas. Si bien los primeros griegos explicaron el universo de manera mitológica -creando con esto la religión más poética, hermosa y bella de todas, prontamente se dieron cuenta de que las explicaciones mitológicas del comportamiento de los cielos y los astros no eran suficiente, por lo que decidieron explicarlo por medio de la lógica, la observación y sobre todo la razón. Por primera vez en la historia el universo sería visto con un ojo crítico y no con un ojo crédulo y temeroso.

Los astrónomos Griegos separaban la física de las matemáticas a la hora de explicar el universo. Su estudio del cielo, durante la mayor parte del primer milenios antes de Cristo, sería rigurosamente matemático. Los Griegos entendían que el universo era algo majestuoso y perfecto, por lo que la matemática era la llave justa para develar sus misterios.

El primer ordenador de la Historia: los griegos construyeron el dispositivo hoy considerado como el primer ordenador en la Historia, este era un dispositivo completamente mecánico, construido a partir de engranajes placas, que permitía determinar los eclipses y otros datos astronómicos con el fin de establecer las fechas de los varios juegos: El mecanismo de Anticitera, el computador de los griegos.

No obstante, todo científico griego era simultáneamente un filósofo, por lo que una explicación numérica no bastaría y se enfocarían en encontrarle una relación. Ellos sabrían que un planeta no se mueve por el mero hecho de moverse, algo debía intervenir en este movimiento y no algo precisamente «místico» sino racional. Si un caballo mueve a una carroza, un equivalente celestial a un caballo debería ser responsable por el movimiento de un astro y a su vez ese algo debería estar compuesto por gran cantidad de fenómenos.

La inmediata y lógica función de la astronomía para los griegos sería la utilización de los astros medición del tiempo. Tales de Mileto (alrededor del 600 a.C.) volvió a introducir en Grecia algunos de los conceptos básicos de los Babilonios y Egipcios y los mejoró, utilizándolos como base para el futuro estudio del firmamento. Casi un siglo después, gracias a los avances de Pitágoras, se harían un gran número de descubrimientos y relaciones en la lógica planetaria.

Fotografía de un gnomon griego. Una de las herramientas más avanzadas de la astronomía de las civilizaciones antiguas.
Fotografía de un gnomon griego. Una de las herramientas más avanzadas de la astronomía de las civilizaciones antiguas.

Uno de estos sería abandonar el concepto plano de la Tierra por el concepto esférico -sí, los Griegos sabían de la redondez de la tierra mucho antes que Colón y en efecto este hecho era muy sabido y aceptado durante la época de dicho explorador naval-. También logró predecir una órbita mucho más exacta de la Luna y dilucidar que la estrella de la mañana -Venus- era la misma estrella de la tarde, generando grandes cálculos que lo explicaban en el proceso.

Grandes matemáticos: además de ser grandes astrónomos los griegos fueron grandes matemáticos, no solo desarrollando conceptos extremadamente útiles, sino que además sus mentes abiertas les permitieron adoptar conceptos útiles de otras culturas: El origen y significado de la letra incógnita X.

Pero que es lo más importante que le dejó Pitágoras a la autonomía y a la ciencia en su totalidad: establecer que un problema complejo podía ser estudiado desglosándolo en partes más fáciles de comprender y así dio origen a los primeros modelos explicativos de la historia. Algo que es la base de nuestra ciencia actual. Cerca del 450 a.C. Oenopides calcularía el eje terrestre en 24º, también mejoraría en gran medida el sistema calendario de Grecia.

En el año 430 a.C. Meton y Euctemon harían una gran contribución calculando los causales del equinoccio, y gracias a esto se podría predecir la llegada del año tropical. Sin embargo su mayor hallazgo fue el diseñar una de los primeros computadores de la historia: el parapegma. Esta herramienta servía para relacionar correspondencias sin la necesidad de realizar elaborados cálculos. Por este tiempo Demócrito, la primera persona en la historia en sugerir que todo está formado por átomos, realizaría un impresionante catálogo estelar -lamentablemente perdido en las arenas del tiempo- que serviría de guía básica a todos los astrónomos.

En la imagen a continuación observamos los cálculos de distancia planetaria de Aristarco. Uno de los mayores avances científicos de la astronomía de las civilizaciones antiguas:

Cálculos de distancia planetaria de Aristarco. Uno de los mayores avances científicos de la astronomía de las civilizaciones antiguas.

Con Eudoxo, quien ampliaría el concepto de atomización de un fenómeno de Pitágoras, se abre una nueva etapa en la astronomía griega. Eudoxo propone la teoría de las Esferas, donde el movimiento de los planetas es estudiado de forma separada y no como un todo. Interpretando el movimiento de los planetas como un fenómeno circular y trayendo a la luz el concepto de órbita. Su trabajo además permitió entender el movimiento de las constelaciones a lo largo de la noche.

Con la mejora de la geometría en el siglo 3 a.C. llegaría una nueva etapa analítica en la astronomía Griega. Siendo Autolico y Euclides los abanderados de estos nuevos descubrimientos. Tan importantes son sus contribuciones que podríamos decir que con Euclides y su obra Phaenomena se crean las bases de la astronomía matemática moderna. Aristarco mediría distancias planetarias con una exactitud asombrosa, sobre todo en lo relativo a la distancia entre el Sol y la Luna. Apolonio describiría la teoría epicíclica, la cual, sería de vital importancia en los trabajos de Ptolomeo.

La llegada de Roma

Prontamente la decadencia del mundo helénico traspasaría el estudio de los cielos a los Romanos, quienes lo extenderían y refinarían gracias a su estoica y utilitaria visión del mundo. Por desgracia, la caída del Imperio Romano llevaría a que el Cristianismo imponga la visión Hebrea del universo como «verdad absoluta» retrasando por mil años el estudio del firmamento y castigando a los


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